Esta es la continuación del relato el chacal caliente de Veracruz.Toda la tarde, después de haber cogido como loco con el chacal y el mesero del hotel, me la pase descansando y recordando, cada vez que podía me metía un dedo al culo y comprobaba la buena culeada que me habían dado y de hecho sentía todavía dentro de mi la leche caliente de estos dos machos.
Al otro día, (que por cierto era el ultimo en mi estancia en Acapulco), fui con el chacal a buscar a dos amigos lancheros de el, a uno le decían el güero, era otro chacalon delicioso rubio, de ojos verdes, bronceado por el
sol y muy vulgar para hablar y en sus modales. Es de los clásicos que se están agarrando la verga todo el tiempo, diciendo la palabra verga constantemente y escupiendo,(aunque admito que eso era la que mas me calentaba, cada vez que escupía deseaba que lo hiciera en mi culo).
Al otro le decían neto, un tipo atractivo, totalmente velludo, como de unos 30 años, con bigote y casi del mismo tipo que el chacal veracruzano, muy borracho y malhablado. Como era su día de descanso, nos propusieron ir con ellos a tomarnos unas cervezas en la lancha y en el camino iban hablando de viejas, que si la esta o la otra, que si se dejaban coger y tonterías por el estilo, ya como a las 6.00 de la tarde andaban pero si hasta las madres de borrachos, en eso se levanta el güero y se saca la verga para orinar y yo me le quede viendo y el me dice: ¿qué, te gusta mi verga?, la quieres mamar?, por supuesto que la quería mamar, no le conteste, me arrodille y me lleve esa riquísima verga a la boca, que si no era como la del veracruzano, si estaba muy rica y sin circuncisión, con unos grandes huevos.
Me la metí hasta el fondo y el güero gimió diciendo: así putita chúpala, que rica boquita. Es lo que me fascina de los chacalones, que se empedan y no hacen distinciones igual se cojen a un hombre o a una mujer. Así que si ustedes lectores tienen oportunidad o conocen a un chacal aunque parezca muy macho, llévenselo a tomar y solito cae.
Pero volviendo a la historia Se la seguía mamando al guero, mientras que el chacal mayor (veracruzano) me estaba agarrando las nalgas y metiendo la mano bajo el short, por su parte el neto solo se limitaba a observar, como preguntándose ¿qué chingados hacen estos putos?. El chacal se agacho atrás de mi y me empezó a dar unos lenguatazos fenomenales en el culo, que hacían que me esforzara mas en la tarea de mamar el rico pito del caliente lanchero, y que por cierto dieron fruto pues sentí como me lleno la boca de leche mientras que emitía un extraño sonido y me decía: trágatelos putita, trágate mis mecos el neto ya caliente por la escena, tenia la verga de fuera, era excitante ver a ese oso peludo tentándose un rico vergon lleno de pelos, no resistí, y aprovechando que tenia el culo ya dilatado y humedecido por la saliva del veracruzano, fui y me senté en esa rica verga hasta que mi culo toco los huevos del neto, este por su parte decía mira el pinche
puto, se la comió toda y ni permiso pidió.
Era fantástico tenia el culolleno abierto por esa rica verga y estaba mamando al mismo tiempo el vergon
del veracruzano, que ya me tenia la boca llena de lubricación, al güero ya se le había vuelto a parar y se puso a un lado del chacal y yo alternaba sus vergas, suplicándoles que no se fueran a venir, pues quería sus mecos en e lculo. Me seguía moviendo frenéticamente, en círculos como una vil puta, complaciendo a tres hombres ebrios y calientes, deseosos de descargar su eche y deseosos de experimentar fantasías que no pueden realizar con sus viejas.
Era delicioso como el neto me metía la verga hasta el fondo, sentía un ligero dolorcito de tan abierto y lubricado que me tenia el culo, me encantaba como me agarraba las nalgas, como me subía y me bajaba , la manera en que me hablaba, cuando me decía. mamita que caliente tienes el culito me vas a sacar todos los mecos y en realidad mi culo estaba hirviendo, al igual que su verga, y las vergas del chacal y el güero, que sabían divinas con sus respectivas lubricaciones.
El neto pego un quejido y me sentó completamente sobre su rica verga mientras me decía toma mija ahí te va toda mi leche, trágatela toda, yo como traía el estomago vacío, pude sentir los trillazos de leche que salían disparados en el fondo de mi culo, era increíble la manera en que su verga se contraía. Nos levantamos y sentí un vacío total en mi culo, pero que fue llenado inmediatamente por la gruesa verga del güero que me agarro parado y me la metió de golpe, como un vil animal, sudaba y me daba lenguetazos en las orejas y en el cuello.
El neto se fue a dormir, y el chacal sentado nos observaba, y me decía: eres una putita muy caliente, ahorita sigo yo de darte mi pito y me miraba con ojos de lujuria, mientras se agarraba la verga. Yo sentía el culo hirviendo cada vez que el güero me lo habría con las manos y me la metía hasta el fondo mientras me decía: que rico culito, me dan ganas de meterte hasta los huevos.
Yo no aguantaba, me quería venir, le pedí al güero que me culeara en cuatro, pues se me hacia un desperdicio no estarle mamando el vergon al chacal, me puso de a cuatro y le empezó a mamar la verga a mi chacal, mientras el güero aumentaba su ritmo, yo me habría las nalgas, estaba tan caliente porque el pinche güero me decía pendejada y media como: putita jariosa, me estas quemando la verga con tu culito, aprieta el culo, muérdeme la verga, yo contraía el culo para darle mas placer, y dio resultado pues el güero me la dejo ir hasta el fondo llenándome de sus calientes mecos y estrujándome las nalgas, mientras gritaba como enojado: Toma mis pinches mecos puto, sentía sus vellos pubicos en la raja del culo, y sentía como me empezaban a escurrir los mecos del neto y del güero, y todavía faltaban los de mi chacal vergon.
Después de retirar su verga, el güero se tiro a dormir, mientras mi chacal me decía: mamita, ahora sigo yo, quiero hacerte el amor, quiero embarazarte, quiero llenarte tu ansioso culo de mi leche, me pidió que le pusiera las piernas en sus hombros, me la dejo ir de un solo golpe, mientras me metía la lengua hasta el fondo de la garganta. Este era realmente mi macho, el hombre que sabe hacerte sentir a otro hombre como una puta. Me decía miles de cosas, me tentaba el ano , mientras me decía: que calientito, lo tienes bien mojadito.
Claro que lo tenia mojado, pues tenia el culo lleno de leche y de lubricación, todo abierto e hinchado. Esta posición es una de mis favoritas, ya que aparte de que te están besando, me gusta tocarme el culo y sentir como me entra la verga, y sobre todo es la posición en que puedes sentir mas bien cuando te echan los mecos.Bueno, mi chacal siguió dándome toda la verga, hasta que de repente, no sede donde saco fuerzas pero me la dio todita, y su verga se empezó a contraer, y pude finalmente sentir toda su leche, uniéndose a los mecos de los otros dos chacales.
Acosté al chacal boca arriba y me senté sobre su rica verga, y después de mas de una hora de estarme aguantando me vine aventando a casi medio metro cantidad exagerada de mecos, succionando con mi culo hasta la ultima gota de leche del patán.
Total que ahí nos despedimos, ya no aguantaba otro animal de esa magnitud en mi dilatado y adolorido ano,
yo me fui a mi hotel, y el se quedo con sus amigos, y yo me quede con la leche de los tres en el culo, cuando iba caminando, sentía como me hervía el culo, lo sentía hasta el tope de leche. Al chacal no lo volví a ver, pero me quedaron estos magníficos recuerdos, especialmente en el culo, y deseo volver pronto a Acapulco, si tienen oportunidad háganlo, y sobre todo vayan a ser bar donde están unos mangos deliciosos y bien vergones. Espero que hayan disfrutado de este relato y de muchos que vendrán. Si tienen alguna recomendación, no duden en escribir a su amigo Alan. Gracias.
alanntoledo (arroba) hotmail.com
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