domingo, 29 de septiembre de 2013

Mi hombre, mi macho

Después de haber conocido muchos hombres y haber vivido innumerables aventuras yo quería el paquete completo.

Pero, al contrario de todos, no quería un hombre muy vergón, pues eso me obliga a usar poppers y abrirme el culo y a mi me gusta natural…

Por ejemplo, tenía un amante con una gran vega de 23 cm de largo y 17cm de grosor… y si puedes adaptarte a ella, felicidades amigo, yo intenté al natural, relajándome, imaginándome, además el tipo me gustaba mucho…. y la locura de una gran verga que me penetraba… que ni siquiera me cabía en la boca… enorme verga que lubricaba mucho…

Y pues no, que era difícil, y el tipo estaba engolosinado conmigo… con mi culo, de la forma en que me le ofrecía, que abría mis nalgas, mi culo para aceptarlo en mi…

Y duraba mucho, horas, más de cinco horas cogiéndome, claro, también me mamaba el culo y me soplaba… que delicia, y me mamaba la verga muy rico… le gustaba dedearme, un dedo, dos dedos, tres dedos, cuatro dedos… intentó meterme la mano sin éxito… y me enseñó a usar los poppers para adaptarme a su gran verga…

Y después de que me venía a él le gustaba seguir cogiéndome… pero a mi no me gusta tener una verga después que me vengo… me molesta…

Total que lo tuve que dejar, a pesar de que me trataba muy bien en todo, pero era demasiada verga y demasiado tiempo para mi…

Tuve otro novio de verga de 16cm, uncut, como yo y él me cogía de maravaillas, nunca tuve que usar poppers, pues tenía el tamaño perfecto… y me cogía muchas horas… incluso me enseñó cosas como la lluvia dorada, nalguearme, cosas de dominación, y era muy tierno. Me encantaba, pero era sólo cariño y sexo y la relación no duró…

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Y cómo soy? bueno, tengo 39 años, soy blanco, poco vello, delgado, pelo corto, mido 172cm, peso unos 70kg, de aspecto más bien fresa, serio, pero quien me conoce sabe que de vez en cuando hago locuras… Soy guapo? No, pero sé que soy atractivo y que atraigo las miradas de todos en cualquier lugar y muchos quisieran mi porte… Vivo en Cancún, ese paraíso en el Caribe Mexicano que muchos desean…

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Bueno, ya, les cuento mi historia:

Un día encontré a un macho que me encantó….

Estoy en la casa, me baño, me lavo bien el culo, por dentro, me visto y salgo… conduzco mi coche y me paro en una gasolinería para comprar unos chicles… y al regresar al auto un tipo alto, con barba, muy macho… y un cuerpo normal pero muy sexy… me sonríe… le sonrío… me pregunta:

-cómo estás?
-bien gracias, me acabo de bañar y arreglar pues quiero ir al cine… y me paré a comprar unos chicles y tu? eres de aquí?
-no, estoy de paso, vengo en un trailer, lo manejo y vine por unas cervezas, quieres una?

Eso me dejó con la boca abierta pues lo había anhelado tanto!

-bueno, pues sí, te acepto una con todo gusto, te acompaño?
-si, mientras escoge unos cigarros por mi, pasa delante… cómo te llamas?

Le respondí que Jorgue y él no me dió su nombre… le gustaba el misterio…

Y sentí que miraba mis nalgas, el muy cabrón me hizo pasar adelante para ver mis nalgas… y eso me excitó…

Escogí unos Malboro rojos, trajo 6 cervezas Negra Modelo y pagó y caminamos hacia su trailer…

Ya era tarde, estaba oscureciendo… y no había mucha gente en el estacionamiento… yo iba con la verga parada y empezaba a babear…

Me subí primero al trailer, luego él, se ve que quería verme el culo… luego me dijo que no tenía aire acondicionado, que si quería, nos quitáramos la ropa… sonreí, pues eso me haría ver su pecho… hermoso, peludo, normal, un poco de pancita… y el muy cabrón gozaba viéndome…

Empezamos a tomar, platicar, fumar unos cigarros y veíamos unas películas, su plática era interesante, buena, y me platicaba de sus aventuras sexuales con mujeres… yo estaba al máximo… pues me decía detalles muy cachondos.

Casi una hora después me dijo:
-Jorge, te gustaría mamarme la verga?
No pensé que fuera tan directo y que sonreí.
-Claro que sí, me gustaría mucho….

A partir de ahí no recuerdo mucho las cosas, sé que nos desnudamos, que hicimos sexo oral, que le mamé la verga, él me mamó el culo, le mamé los dedos de los pies, de las manos, que él me dedeó el culo, me beso en la boca y me sentó en su verga. Una verga de 17cm, normal… y mientras me cogía me decía que le gusté desde que me vió llegar, que le encantaban los fresitas… que le gustaba meterles la verga en el culo… y que le gustaba mi boca y mis labios carnosos, que parecía de mama vergas…

Y claro que le mamé la verga después de que me cogió y que después me volvió a coger y le volví a mamar la verga, que usamos muchos condones…. que me mamó el culo y me metió los dedos…

Cogimos como locos, me puso en cuatro patas (o de a perrito) le encantó que mi culo hiciera “perrito”, es decir, que le apretara (jaja, soy muy flexible). Le encantó que me portase como un macho goloso de verga, con el culo abierto para él, dispuesto a darle las nalgas… casi como una puta…

Me cogió en forma de V invertida, esto es, yo piernas arriba y él me clavó su verga viendo hacia abajo, pero al lado contrario… no me veía… que ricooooo….

Me puso a que le mamara la verga estando él al volante y en eso paso un colega suyo y se puso a platicar…

El colega no nos veía, pues estaba abajo… pero mientras mi amigo seguía poniéndome la mano para que le mamara la verga… y después hizo una cara de placer.

-No mames cabrón, estás teniendo sexo aquí?Sólo vi que mi amigo sonrió y quitó su mano derecha de mi nuca y le dijo que se fuera… su amigo se fué discretamente.

Entonces mi amigo me dijo: “Jorge, en otra ocasión te hubiera compartido con mi cuate, pero esta vez, te voy a reservar sólo para mí, abre tu culito para que me venga chiquito”.

No tienen idea de lo que me excitó eso, tenía un macho increíble y él estaba acostumbrado a compartir sus amantes… pero esta vez quería sólo conmigo…

Total, me puso piernas al hombro y me la empezó a meter mientras me decía “Jorge, abre tu culo, que te lo voy a llenar de semen” y yo “sí, por favor, ten mi culo, papito”

Y la verdad, después de un rato de mamadas y cogidas me vine mientras él me seguía cogiendo, me vine en mi pecho… y a él le encantó, me puso sus dedos en mi semen y me los llevó a mi boca, para que me los tragara y así se vino él dentro del condón.

Luego me pidió que le limpiara la verga y así lo hice y nos dormimos… desnudos, en cucharita y él atrás de mi… Le pregunté su nombre… me respondió… “soy tu macho” y así lo acepté.

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Dámela toda

Un viernes después de trabajar toda la semana, me sentía muy caliente y quería una pija en mi culo. Caminé hasta un bar gay que abre por la tarde y aunque no había mucha gente entré a ver que pasaba. Solo había seis personas una pareja, un oso, y dos locas charloteando, la cosa no venía bien. Cuando estaba por irme, entró un pedazo de macho alto, cuarentón, de saco y corbata que hizo que me quedara. Pedí otro café y me dedique a mirarlo. Era estupendo, dentro de lo normal, nada de gym, todo natural, de entre 45 a 50 años, pelo negro entrecano, con barba candado, ojos marrones y muy masculino.

Pasaron como 20 minutos y ni siquiera daba señales de haberme visto, cuando de pronto siento su mirada, me puse un poco nervioso. Nos miramos por unos minutos hasta que veo que se levanta y viene a mi mesa. Me saludó como si nada, nos presentamos y sin muchas vueltas me invitó a su departamento.

Al llegar a su departamento, nos besamos, sentí su lengua hurgando en mi boca y respondí de la misma manera. Sus manos se posaron en mi culo y lo sobaron con ganas mientras me decía que era un buen culo, que se iba a comer un buen culo. Le fui sacando el saco y la corbata al mismo tiempo que mis manos se aferraban a una pija que se dibujaba interesante debajo de su pantalón. Se separó de mí y me dijo que me desnudara. Lo hice al mismo tiempo que él, sin dejar de mirar como se sacaba la ropa hasta quedar en unos boxer de algodón muy pegados al cuerpo que dejan ver claramente que tenía muy buena pija. Su pecho y piernas estaban cubiertos por una buena mata de pelos negros y por el elástico del calzón se veían unos pelos muy tentadores. Yo me desnudé por completo dejándole ver que no era un adonis. Soy delgado, pero con algo de pancita, mi pecho y abdomen son velludos al igual que mis piernas largas y mi culo. Me miró como aprobándome y me apoyó su pija en el culo entre tanto me besaba el cuello y jugaba con mis tetillas. Mi pija estaba a mil y podía sentir en mi culo como la suya ya era un palo duro y contundente.

Me di vuelta lo besé y bajé sus boxer quedando su pija pegada a mi cuerpo, me arrodillé y me quedé sopesando con mis manos sus pelotas peludas y pesadas. Me deleité con la visión de esa pija parada, dura y cabezona con su prepucio a medio correr por el grosor de su cabeza, y me la metí en la boca. Era una linda pija de 17 cm. gorda y cabezona. La chupé con ganas y él me dijo, –tranquilo putito, hay tiempo, esta pija es toda tuya. Se inclinó sin sacarme la pija de la boca, se ensalivó un dedo para jugar con mi culo. Me dediqué a chuparle la cabeza de la pija como si fuera un helado, pasándole la lengua por entre el prepucio y su cabeza haciendo círculos con mi lengua, sintiendo como su pija respondía con espasmos a mi tratamiento. El hurgueteaba en mi culo sacándome gemidos de placer y haciendo que mi pija corcoveara. Mientras le chupaba la pija no dejaba de repetirme que esa pija era toda mía y que me iba a coger todo lo que yo quisiera.

Me recostó en el piso e hicimos un 69. El sobre mi con su pija directamente en mi boca y él entre mis piernas chupándome el culo. Casi, me cogía por la boca mientras movía su pelvis haciendo que su pija entrara y saliera de mi boca. Yo trataba de no atorarme y de disfrutar de esa pija cabezona y regordeta. Al rato, él dejó mi culo y se incorporó para sentarse en uno de los sillones del living y me dijo, – vení putito, chupame la pija que te gusta. Me levanté y me metí toda su pija en la boca y se la chupe y lambetee por un buen rato y la llené de saliva, dejándola húmeda y brillante, al mismo tiempo que él me decía, – Chupa putito, chupa, eso, chupame la pija que te gusta…es toda tuya… chupame la pija. Ponela bien dura para que te la meta bien adentro en el culo.

Estaba muy caliente, arrodillado con una pija en la boca mientras jugaba con los pelos de su pecho. En un momento le pregunté, – ¿Te gusta como te chupa la pija tu putito? Me respondió que era un buen chupador de pija, pero ahora quiero ver como mi putito juega con ese culito que me voy a comer. Dejé su pija y me di vuelta para sobarme el culo con mis manos, al mismo tiempo que él jugaba con su pija. Se acercó y tomó mis manos y chupeteó mis dedos hasta dejarlos llenos de saliva y me dijo, – ahora putito metete los dedos en el culo, a ver, abrite el culo para tu papito. Me abrí el culo y metí uno de los dedos en mi culo mostrándole que me gustaba mucho. Yo metía y sacaba mis dedos de mi culo, intentaba meter más de dos, pero sin lubricante sabía que eso no era posible.  Estuvo mirándome un buen rato jugar con mi culo hasta que me dijo, – Vení putito, vamos al dormitorio, y de la mano me llevó hasta allí.

Me acosté en la cama y se arrodilló al borde de la cama y me empezó a chupar las tetillas mientras me metía sus dedos ensalivados por el culo. Yo solo podía decir. – Ay, meteme los dedos … siii …meté otro … me encanta … agrándame el culo y él respondía – si, putito te lo voy a agrandar, te voy a coger bien cogido. El culo se fue abriendo de a poco, mientras él jugaba con sus dedos en mi culo.

Dejó mi culo y se recostó en la cama a mi lado, cruzando sus brazos detrás de su cabeza. Yo empecé a chuparle sus tetillas y a sentir su pecho peludo en mi lengua, mordía de tanto en tanto sus pezones duros entre tanto con mi mano jugaba sus bolas pesadas y peludas. Sin dejar de chuparle el pecho, subí mi mano hasta su pija gorda y cabezona.

Bajé por su abdomen chupeteando sus peludos abdominales. Me encantaba tenerlo así, todo un macho para mí. Seguí bajando y mordisqueé su pija llena se jugos, pasé mis dedos ensalivados por su cabeza. Me la metí en la boca y empecé a chupársela, le pasaba la lengua mientras él solo emitía algún que otro gemido. Recorría con mi lengua todo el tronco de esa maravillosa pija y me la volvía a meter toda en la boca para chuparla con ganas.

Dejé por un rato su pija y me dediqué a chuparle las bolas, pase los pelos de sus bolas por mi cara y rápidamente abrí mi boca para meterme una de esas ricas bolas en mi boca. El me dijo, – eso putito. Comételas. A ver, abrí la boca y metete las dos. Yo obediente abrí mi boca y casi sin esfuerzo me metí sus dos pelotas en mi boca y jugué con mi lengua con ellas, en el apretado espacio dentro de mi boca. El deliraba de placer y me decía que era el puto mayor de Buenos Aires. Cuando casi no tenía aire me saqué esas fantásticas bolas de mi boca dejándolas llenas de saliva y volví a chuparle la pija. Me la metía y me la sacaba de mi boca. Le pasaba la lengua y jugaba con su cabeza. El me decía –uff, asiii, eso, chupame la pija, putazo. Yo con cada una de las cosas que me decía me calentaba más, y me metía cada vez más su pija dura en la boca mientras jugaba con sus tetillas.

El me dijo que si seguía así lo iba ha hacer acabar, y que me llenaría toda la boca de leche. Yo no quería eso, todavía faltaba tener esa pija en mi culo. Quería tener esa pija en mi culo. Volví entonces a sus bolas mientras me movía para que mi culo quedara a la altura de su boca, éel entendió el mensaje y llevó sus dedos sin saliva a mi culo. Yo me arqueé indicándole que eso era lo que quería y él empezó a meterme los dedos en el culo. Al principio fue un poco difícil, pese a que yo y él ya habíamos jugado con mi culo. Mientras le chupaba las bolas él se dedicaba a dilatarme más el culo. De pronto, sentí su lengua en mi agujero y una corriente de electricidad recorrió mi cuerpo. Metía su lengua tratando de abrir mi culo mientras yo le chupaba las bolas con ganas. Su lengua taladraba mi culo y lo iba abriendo, hacía sopapa con su boca para darme más placer mientras me decía que me iba a romper el culo. Yo estaba delirando mientras ese pedazo de macho me comía el culo y yo le comía alternadamente sus bolas y su pija que estaba cada vez más dura y su cabeza más roja.

En un momento, estiró su mano y saco de un cajón de su mesa de luz un lubricante y me lo echó en el culo, con el lubricante mi culo dejó que tres de sus dedos entran con facilidad. Yo me retorcía de placer y le decía que quería más, que quería su pija dentro de mi culo, que me metiera todos los dedos. Llegó a meterme cuatro dedos en el culo y con ayuda de más lubricante, los metía y sacaba a su gusto. En un momento junto todos sus dedos y metió los cinco dedos en mi culo, entrando y saliendo, girando y presionando para abrime más el culo. Yo no paraba de decir – Ayyy…si abrime el culo. Eso prepáralo para tu pija. Si, quiero que me metas la pija..

El me puso en cuatro patas y se arrodilló detrás de mi metiéndome los dedos de sus manos de manera alternada y al mismo tiempo también. El placer era enorme. Podía sentir como mi culo se iba abriendo y cuando vio que estaba listo para su pija me empujó hasta el borde de la cama y parado detrás de mi me dijo,  – ahora vas a ver como te coge un macho…putito.

Se puso un forro y mientras hacía eso me pidió que siguiera metiendo dedos en el culo que eso le gustaba, que lo calentaba mucho ver como me autocogía con mis dedos lubricados. Cuando su pija estuvo cubierta por el forro, me abrió los cachetes del culo con ambas manos y se quedó mirando mi abierto agujero que palpitaba de deseo por ser ensartado por su pija. Yo solo respiré y me dejé llevar por el embate de su pija. Fue cuidadoso, me la fue metiendo despacio, arremetiendo y retrocediendo, empujando hacia adentro de mi culo y volviendo a salir. Entró la cabeza de su pija y yo grité. El me dijo – Ya está putito tenés toda la cabeza de la pija en el culo y ahora vamos a disfrutar los dos.  Uhhh. Si disfrutemos dije yo, quiero toda tu pija en mi culo, metémela toda…la quiero toda … dame pija… dame pija

Yo llevé mis manos hacia mi culo y lo abrí lo más que pude y el empujó con fuerza hasta enterrarme toda su pija en mi culo. Mi pija se ponía cada vez más dura y echaba sus jugos, estaba muy caliente y quería todo. Me sentí abierto y lleno a la vez. Se detuvo para que lo sintiera mientras me decía que me había abierto el culo como una flor, que era el mejor culo que se había cogido en su vida, que era calentito y que agarraba su pija como un guante. Yo empuje mi culo hacia atrás para meterme toda su pija y él empezó un mete y saca increíble. Sus bolas pesadas me golpeaban y eso me deliraba más.
Mientras me metía su pija exclamaba cuanto le gustaba darme por el culo, a lo que yo le respondía, que me metiera toda su pija, que la quería toda adentro, bien clavada adentro de mi culo.

Yo casi gritaba  – Sí, cogeme, métemela toda, dámela…así toda…ahhh dame la pija Y él me respondía – Tomá puto…¿te gusta mi pija? Yo no dejaba de repetir -Si,  me gusta tu pija …dámela toda … la quiero toda adentro uhhh   como me gusta tu pija. Yo no paraba de gritar cuanto me gustaba y cuanto quería tener esa pija adentro de mi muy dilatado culo. El no paraba de bombear metiéndomela y sacándomela. Estaba en la gloria con el culo muy abierto y lleno de pija. El seguía enterrándome la pija y yo solo repetía que quería más. – Dame pija, le decía – dámela toda…. quiero pija…. Quiero toda tu pija… dásela a tu putito… dásela toda….y él me contestaba con gruñidos de placer mientras no dejaba de bombearme la pija en el culo y jugar con mis tetillas Mi pija golpeaba contra mi ingle y se mojaba toda al tiempo que yo le decía – Cogeme… cogeme más…dame más pija … ahhhh … que bien que me coges….  Metémela hasta las bolas.

En un momento me sacó la pija del culo de golpe y sentí un…Plop… y un vacío en el culo, creía que todo acabaría allí con una paja sobre mi culo, pero no, él me giró y puso mis piernas sobre sus hombros diciéndome que quería ver mi cara cuando me cogía. Me la volvió a meter esa pija cabezona con fuerza y yo pegué un pequeño grito y él solo se rió diciéndome, – eso putito, sentila toda, sentí como te estoy cogiendo. Como mi pija entra en tu culo… ¿te gusta? ¿verdad putito? Yo volvía a delirar de placer con esa pija entrando y saliendo de mi culo. Estaba abierto como me gustaba y con una pija dura y gruesa en el culo.

El me apretaba las tetillas mientras me decía que gimiera, que era un putito lindo que tenía que ser bien cogido, que mientras él estuviese no me iba a faltar pija, que él se encargaría de conseguirme todas las pijas que quisiera. Yo respondía, entre el bamboleo de la cogida que este macho me estaba dando, que sí…. – Si…cogeme cuanto quieras… rompeme el culo…dame pija…todas la pijas que quieras, soy tu putito. Después,  solo asentía con jadeos, estaba muy concentrado en la pija que tenía en mi culo. Si dejar de cogerme me empezó a chupar las tetillas al mismo tiempo que las mordisqueaba un poco. Era increíble el placer que ese machazo me estaba dando, que mi pija estaba muy dura de tanto placer que recibía en el culo, de tanta pija entrando y saliendo de mi culo. – Estás caliente putito me dijo y yo respondí entre jadeos que sí, que me encantaba como me cogía.

Aceleró el mete y saca diciéndome que estaba por acabar, yo levanté el culo para recibir esa pija más adentro y le dije, – si, papito, llename el culo de leche…dame toda la lechita, dásela a tu putito… Ayyy quiero tu leche…El me miró y me dijo que acababa, que me daba la leche – Toma la leche lindo…. Putito… toma la lechita es tuya toda tuya. Y sin dejar de cogerme empezó a acabar, sentí como su pija se ponía más gorda dentro de mi culo y grité – llename el culo…dame la leche. El pegó un grito y acabó con fuerza en mi culo, fueron tres lechazos fuertes y potentes, sentí como el forro se llenaba mientras me chupaba las tetillas con ganas y me decía – ahí va la leche putito, toma la leche ..  y sin sacarla de mi culo se tiró sobre mí y me besó con fuerza clavándome con fuerza esa pija que me estaba dando tanto placer.

Yo lo abracé y me dediqué a acariciar esa espalda ancha toda mojada por la cogida grandiosa que me había dado. Nos quedamos así un momento mientras mi pija pulsaba contra su abdomen. El se incorporó y con cuidado sacó su pija de mi culo. Estaba abierto, él pasó sus dedos por mi agujero metiéndolos. Yo gemí de placer, agarró mi pija y mientras me cogía el culo con los dedos, me pajeaba con firmeza. El me decía que quería verme acabar. – Así, putito…gozá saca la lechita, dásela a tu macho. Apuró la paja y acabé entre gritos sobre mi abdomen, mientras él seguía cogiéndome con sus dedos. Era un placer indescriptible. Recorrió con sus manos mi abdomen y me untó con mi propia leche mientras me miraba satisfecho por el placer compartido

Nos recostamos y nos dedicamos a acariciarnos. Yo jugaba con su pija y él con mi culo que seguía abierto y deseoso de más acción. Así, nos quedamos dormidos y a las dos horas me desperté sintiendo en mi culo sus dedos abriéndose paso por mi agujero, me incorporé para chuparle la pija, pero no estaba limpia. Se dio cuenta y me dijo que nos bañáramos juntos.

Fuimos al baño. Sin que él dejara de darle palmadas a mi culo y decirme que era el puto más puto que había conocido, y que nadie le había dado tanto placer a su pija, la cual estaba otra vez para dar batalla. Entramos a la ducha y nos enjabonamos sintiendo nuestras manos en nuestros cuerpos. Me arrodillé en la bañera y comencé a chuparle la pija mientras el agua corría por entre nuestros cuerpos, pero no pude hacerlo por mucho tiempo que, me dio vuelta y poniéndose un forro me metió toda su pija de nuevo en el culo, que, para ese entonces, estaba bien dilatado.

Pude disfrutar de esa pija otra vez en mi culo. Fue una cogida más larga, su pija entró y salió de mi culo a su gusto y disfruté de cada una de sus embestidas. Mientra me cogía y cuando estaba por llenarme el culo de leche, me empezó a pajear y casi acabamos juntos. Me sacó la pija del culo y me besó con fuerza metiéndome su lengua hasta la garganta, con su mano juntó algo de mi leche y me la dio a chupar. Yo chupé cada uno de sus dedos mirándolo a los ojos como un putito goloso. Mientras hacía eso me dijo que cuando quisiera pija lo llamara, que él se encargaría de llenarme el culo de pija y que tenía algunos amigos con buenas pijas para mantenerme contento. Yo agarrée su pija y le dije que estaría encantado de compartir mi culo y mi boca con sus amigos siempre y cuando él no dejara de darme pija.

Nos seguimos viendo, me coge de maravilla y me presentó a varios amigos tan calientes como él. Hacemos unas buenas fiestitas, a él le encanta verme con una pija en el culo y otra en la boca. Hasta ahora no me ha dejado sin pija y soy un putito muy goloso.

Autor: Fede



Mi primo y yo nos convertimos en amantes

Hola a todos, quisiera contar una reciente experiencia que he tenido y que sólo de recordar me pone a mil.

Hace poco, por razones que no vienen al caso, me tocó compartir habitación de hotel con un primo mío. Este primo en cuestión es de mi edad, y recuerdo a menudo algunas experiencias homosexuales muy lights que tuvimos de adolescentes: tocamientos, jugueteos …, incluso una vez llegué a besarle tímidamente en la polla.

Sin embargo, todo eso quedaba muy lejano, cuando un acontecimiento familiar nos reunió en un hotel; y al viajar ambos, ya casi cercanos a los cuarenta, sin nuestras respectivas mujeres e hijos, nos tocó compartir una habitación doble.

Cuál sería nuestra sorpresa al ver que nos habían asignado una habitación con una única cama de matrimonio. Pensamos reclamar al hotel, pero dado que llegamos ya tarde y cansados decidimos compartir la gran cama sin más problemas.

Sin embargo, ya próximo el amanecer, me desperté con cierta sensación de incomodidad. Cual no sería mi sorpresa al descubrir que mi primo estaba acostado de medio lado con su brazo y su pierna derecha sobre mí, que dormía bocarriba. En tal postura, su rostro se encontraba apoyado en mi hombro, frente a mí. Se veía que dormía placidamente. Pero esta situación reactivó mis recuerdos, y yo, que siempre he tenido fantasías eróticas con hombres, muchas de ellas con mi primo recordando nuestra juventud, me sentí profundamente excitado, y decidido a no desperdiciar semejante oportunidad estudié cuidadosamente la situación y sus posibilidades.

Ni que decir tiene que una tremenda erección se manifestó de modo inmediato. Así que animado por semejante estado de las cosas decidí pasar a la acción. Le susurré:

- Javier! Psss.

Ante su falta de respuesta empecé a meditar sobre qué hacer: tocarle la polla, masturbarme, besarle…

Decidí empezar por un beso, mientras me acariciaba mi supertenso rabo. Fue un beso suave, en los labios; sin lengua ni nada excesivo. Simplemente le besé suavemente en los labios. Fue una sensación excitante. Mi polla estaba a mil. ¡Había besado en los labios a un hombre! No me lo podía creer. Javier no respondió, así que decidí seguir adelante en mi escalada de homosexualidad recidiva.

El siguiente beso fue algo más largo e intenso. Igualmente sin lengua y sin presionar su boca, pero ya fue algo más que un mero roce de labios.

En ese momento se despertó.

No sabía que iba a pasar. Supongo que a ningún tío le gusta despertarse abrazado a otro hombre y además descubrir que el maromo le está morreando. Javier me miró. Puso cara de sorpresa. Me miró más. Puso más cara de sorpresa. No se apartó. No alejó su rostro del mío.

- ¿Me acabas de besar o estaba soñando? – Me dijo.
- Te acabo de besar. No sé por qué. Pero te acabo de besar.
- Ah.
- ¿Te ha gustado?
- Creo que sí.
- ¿Quieres que lo haga otra vez?
- No sé. No. Bueno sí. No sé. Si tú quieres – Lo dijo como queriendo dejarme la responsabilidad. Como si la cosa no fuera asunto suyo.
- Bueno, pues voy a hacerlo de nuevo – le dije.

Así qué volví a besarle. Fue un beso parecido al anterior. Intenso, sin lengua, de unos segundos interminables. Sus labios estaban cálidos y carnosos. La sensación fue muy erótica e intensa.

- ¿Qué tal?
- No sé, no ha estado mal

A todo esto, seguíamos muy juntitos, casi abrazados, susurrando como dos amantes.

Decidí seguir adelante.

Volví a besarle, esta vez sin pedirle permiso, esta vez con lengua. No se resistió. Mi lengua entró en su boca, se entrelazó con su lengua. Me gustó su sabor. Era muy distinto a besar a mi mujer. Sabía a hombre. Me sentí tremendamente excitado, femenino. La cosa se fue calentando hasta el punto de terminar en un morreo bestial. Con lengua, mezclando salivas, abrazándonos y restregándonos. Nos separamos.

- Uffffff – dijo Javier
- Uffffffffffffffffff- dije yo – ¿qué tal?
- No sé, me ha molado un huevo ¿es que somos homosexuales o qué?
- Y yo que coño sé. Lo único que quiero es seguir.
- ¿Qué hacemos?
- Lo que surja – Y me lancé sobre él.

Seguimos besándonos, abrazándonos. Le metí las manos dentro del pijama y él a mí. Nos sobamos el culo, la espalda, nos restregamos.

Entonces le tumbé bocarriba y le dije:

- Déjame mamártela.
- Soy todo tuyo.
- Javier, no te puedes imaginar como he deseado esto.

Así que se tumbó bocarriba en la cama y yo le quité la camisa del pijama. Empecé a besarle el cuello, los pezones, el vientre. Seguí bajando hasta llegar a mi objeto de deseo. Le baje los pantalones. Nos miramos. Sus ojos decían: “Sí, sí, chupámela por favor”. Así que decidí no hacerle esperar.

Miré su polla, tantas veces deseada por mí. Se la toqué, le descubrí el capullo. La olí. Mmmmmmmmmmmm que olor a macho. Acerqué mi lengua, junté punta con punta, lengua con polla, noté la atracción. Qué bien olía ese rabo, ese macho. La lamí, la besé. Le miré los ojos. Ardía de deseo.

- Chupámela ya cabronnnn.

La metí en mi boca y se la mamé como tantas veces había soñado, como en tantos videos porno había visto. Estuve como cinco minutos mamándole la polla, acariciándole, besándole en la boca, hasta que se corrió.

En cuanto noté que se venía, volví a meterla en mi boca. Se la chupé hasta hacerle eyacular. Lo hizo en mi boca. Como tenía que ser. Como yo deseaba. Recibí su semen y lo degusté. Mmmmm qué manjar. Que sabor y olor, que textura. Fue impresionante.

Javier cayó exhausto. Nos abrazamos. Nos besamos.

- ¿Qué tal? – le dije
- Ufffff. Ha sido increíble. Mi mujer jamás me dio tanto placer. No me lo puedo creer, me has dejado correrme en tu boca.
- Sí, y ha sido un placer.
- Bueno, ahora me toca a mí ¿no?
- Eso creo – dije, y me tumbé bocarriba.

Al cabo de diez minutos y de correrme en su boca, ambos nos acostamos desnudos, juntos, abrazados, y nos quedamos dormidos.

Nos despertamos tres horas después. Un beso de buenos días fue mi forma de recordarle que algo especial había pasado y que no quedaría en una anécdota. Su respuesta, una actividad intensa con su lengua en mi boca y su mano asiendo mi verga me confirmaron que para él había sido tan bueno como para mí.

Javier me pidió que pasáramos a algo más atrevido. Así que decidimos hacer el amor por primera vez. Yo le pedí que me dejara ser la mujer y él aceptó con gusto. A Javier no le convencía la idea de que yo le follara, y la verdad, tampoco yo tenía especial interés. En cambio, sólo el imaginarme que mi primo me hiciera mujer me volvía loco. Así pues, no hubo discusión, desde ese momento, él sería el macho y yo la hembra.

Nuestro primer polvo fue espectacular. Me senté sobre su verga lubricada con crema corporal hasta que noté sus testículos en mi culo. Lo que sentí al notar su polla dentro de mi cuerpo y su semen inundando mis entrañas fue indescriptible. Desde entonces llevamos una doble vida: primos para la sociedad, marido cariñoso (él) y mujercita sumisa (yo) en la intimidad.

Pablo.


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