lunes, 23 de enero de 2012

La macana del policía


Llegaba mi cumpleaños número 36 y me había propuesto firmemente conseguir a alguien bien dotado que como regalo especial, me deshiciera todos los pliegues del culo… quienes disfrutan de ser pasivos como un servidor no me dejarán mentir al afirmar que una verga larga y gruesa dentro del culo genera un placer indescriptible… la sientes hasta el fondo, te frota la próstata, el culo se te abre al máximo, te sientes partido en dos, las paredes del intestino delgado se aprisionan a aquel instrumento… en fín, te hace ver las estrellas… claro está que lo importante no solamente es el tamaño de la verga sino a quien pertenece… un buen semental sabe como usar su instrumento ya de por sí letal… se sabe mover… se sabe detener a tiempo… te rompe el culo en todas las posiciones posibles… te hace gemir de dolor y de placer… te embiste como un animal en brama y termina haciéndote la faena por el simple placer de sentirse macho, potente, fuerte, el que manda…

Todos aquellos pensamientos no me dejaban dormir… estaba inquieto… aplique la tradicional “quita insomnios”… una rica chaquetita y caí rendido, conciliando el sueño de inmediato… se acercaba el fín de semana y debía de buscar a alguien que me pudiera ayudar a lograr el objetivo planteado… el jueves después de comer, fui a cortarme el pelo a una estética localizada en el Centro Comercial Plaza Lilas… estacioné mi camioneta y mis ojos localizaron un buen semental de macho mexicano… era uno de los Policías que se dedican a la vigilancia del citado Centro Comercial… un hombre adulto que rondaba ya los 40 años… muy moreno, alto y fornido… con un traje de policía bancario bastante ajustado que dejaba ver sus ricas nalgas y buen formado cuerpo… se acercó hacia mí y con una sonrisa nos saludamos… subí a cortarme el pelo sin poder quitar de mi mente aquel rico policía… caray ¿qué me pasaba ahora?… nunca antes me había fijado en un hombre inclusive mayor que yo… no me atraían… era un sentimiento nuevo para mí… aquel policía estaba muy bien conservado y tal vez valdría la pena darle rienda suelta a aquel nuevo sentimiento…

El policía tenía un cuerpo ejercitado que ya quisieran muchos por lo menos quince años menores… no era un hombre de Gym… tenía su pancita, pero muy moderada… unas nalgas firmes y abultadas… de complexión robusta sin ser gordo… más de 1.80 de estatura y moreno… moreno costeño como me gustan… pelo negro ensortijado… regresé al estacionamiento a recoger mi auto y mis ojos buscaron al susodicho policía… lo encontré e inclusive me hice el menso con tal de poder pasar cerca de él… lo miré y lo saludé nuevamente…

“buenas tardes mi poli”, le dije… “buenas tardes mi joven”, replicó… caminé hacia mi auto y noté como él me seguía con la mirada… me subí al coche y haciéndome el perdido que no encontraba la salida del estacionamiento, pasé de nueva cuenta junto al poli… me decidí a atacar… abrí la ventana y lo llamé… acudió hacia mí… “que se le ofrece”, preguntó… yo traté de no ser muy directo, pero a la vez me aventé con todo lo que me caracteriza… le pregunté “a que hora sale de trabajar”… él me miró dubitativo y arqueando las cejas me dijo “para que lo quiere saber”… “es que lo quiero invitar a tomar unas cervecitas”, le dije sin ningún rasgo de nerviosismo… rápidamente añadí “¿acepta?”… el poli hizo una pausa de unos segundos mirándome como no entendiendo las razones de la intempestiva invitación y volvió a repetir en tono más firme “¿qué es lo que se le ofrece?”… tuve que ser más directo y le dije en tono burlón “quisiera que me enseñara su macana”… el poli rió al oír aquella burda invitación…

Me dijo secamente y con una sonrisa a flor de labios “soy casado mi joven”… yo lo miré extrañado y le dije “¿y eso que importa?… no me diga que no se le antoja ganarse un dinerito a cambio de que me deje bajarme por los “chescos”… el poli rió nuevamente… a pesar de lo directo y burdo de mis propuestas, ahí estaba el poli, con la cabeza metida por la ventana derecha de mi camioneta… cada vez que sonreía me enseñaba una dentadura muyblanca que hacía un contraste perfecto con lo moreno de la piel de su cara… después de una pausa de unos segundos, el poli me miró de arriba abajo y me dijo ¿y cuánto es lo que ofrece?… es ese momento torció el rabo la puerca, como se dice en el vulgo mexicano (lo que significa que cuando alguien pone precio, ya no hay vuelta para atrás… ya aceptó, solo falta ponerse de acuerdo… with money dances the dog, como lo dijera algún amigo mío, paisano indocumentado)…

¿Cuánto quiere?, le dije… el poli me miró y me dijo que yo pusiera el precio… yo me negué argumentando que cada quien sabe lo que vale lo que tiene entre las piernas… como que la indecisión del policía comenzaba a ceder… por unos segundos no dijo nada y solamente me miró sonriéndome… tal vez era una risa nerviosa… ¿no me diga mi poli que no le gusta que le mamen la verga?, pregunté, conociendo de antemano la respuesta… “no mi joven… me gusta mucho, aseveró… lo que pasa es que nunca me habían ofrecido algo así… estoy bien sacado de onda”… bueno pues, le dije tuteándolo… ¿a qué hora sales?… vengo por ti y nos ponemos de acuerdo… el policía sonrió y me dijo que hasta las 7 de la noche era su salida… yo le dije que no importaba… poco antes de las 7 de la noche estaría en ese mismo sitio… cuando estuviera listo solamente tenía que caminar hacia mi camioneta y subir en ella…

Muy excitado por lo que había sucedido salí del Centro Comercial… eran pasadas las 4:30 de la tarde… me fui a mi departamento en Santa Fe y me puse a trabajar en la PC… mi mente volaba… no me permitía concentrarme… hice un par de llamadas y pasadas las 6 de la tarde salí rumbo al Centro Comercial Lilas… 

llegué con anticipación, me metí al estacionamiento y estacioné muy cerca de donde hacia un par de horas había platicado con el policía… mi mirada lo buscó, pero no le encontré… puse un poco de música y me dediqué a hojear una revista que había comprado… pasaban los minutos y no aparecía el susodicho… pasó la hora indicada y nerviosamente seguí leyendo la revista… eran ya las 7:20 cuando sentí un ligero golpe en la parte posterior de mi camioneta… volteé la vista y miré el retrovisor… era el policía que había llegado… estaba vestido de civil… unos pantalones negros bastante ajustados, playera blanca sin cuello y una chamarra para cubrirse del frío… zapatos negros con esas suelas que no se terminan nunca… abrí la puerta de la camioneta y enseguida subió el policía… Me platicó que se llamaba Juan, tenía 42 años de edad y se había casado desde los 20 años… tenía 5 hijos, el más chico de ellos de 15 años… salimos del Centro Comercial y nos dirigimos a mi departamento… un lugar en el cual me siento seguro…

En el trayecto el Policía me platicó que se había sorprendido cuando le hice las preguntas… que no sabía como contestar… me confirmó que ya se había tirado a varios putitos… desde la preparatoria se había tirado a uno de sus compañeros… tal vez unos 15 en total… me dijo sin confirmar el dato… le pregunté por el último y me dijo que hacía unos cinco meses… un chavito que paseaba por el Centro Comercial… se lo había cogido bien rico… estaba bien apretadito… ¿entonces no te vas a conformar con una mamada?, le pregunté… el policía me miró y con una sonrisa me dijo… “si te gusta mi verga, te la doy enterita por el chiquilín… por mi parte no hay pedo”… le pedí al policía que me enseñara la verga, pero él se negó… me dijo que la tenía bien fea y que necesitaba bañarse… no se había bañado por la mañana…

Llegamos a mi departamento y entramos en él… le ofrecí una cerveza, la cual aceptó gustoso… después de seguir nuestra plática tan solo unos minutos, le pedí nuevamente que me la enseñara… el policía repitió que la tenía bien fea y que no se había bañado… le ofrecí mi baño para que tomara una ducha… caminamos a mi recámara y entonces el policía lentamente se desvistió para entrar en el baño… tenía el pecho peludo pero muy bien formado… una ligera pancita… se veía que la edad había pasado por él pero en sus años de juventud había tenido un muy buen cuerpo… se quitó los pantalones y luego la trusa… me enseñó una verga muy morena y bastante gordita que colgaba y se balanceaba ansiosa…

muchos pelos púbicos… unos huevos de muy buen tamaño también llenos de pelos negros y rizados… me miró y me dijo “ya ves… la tengo bien fea… bien prieta”… efectivamente, si el policía era muy moreno, su verga lo era más aún… le dije: “pero tiene un buen tamaño”, ya que tenía un buen pedazo que colgaba sabrosamente… el policía me dijo que esperara a que se parara… crecía mucho más… el ver al policía totalmente desnudo en mi cuarto me produjo una erección enorme… mi culo comenzó a pulsar… el cuarto se impregnó de un olor a hombre… me metí al baño con el policía y abrí la llave del agua de la regadera… enseguida comenzó a salir el agua caliente y le dije al policía que tomara un buen regaderazo…

El vapor comenzó a llenar el baño… yo dejé abierta la puerta para oír el ruido del agua al caer… le acerqué al policía una toalla y una vez que apagó la regadera abrió la puerta para tomar la toalla… el verlo era todo un agasajo… moreno, grandote… nalgón… velludo… su verga colgaba con la cabeza completamente cubierta por el prepucio… se secó frente a mí y tiernamente me acarició las nalgas al momento en que me hizo un comentario en tono sarcástico “se me está antojando romperte el culito”… yo sonreí y le dije que si él lo quería… él confirmó que sí… entonces me desnudé y me metí a la regadera para lavarme muy bien… dejé también la puerta de la regadera abierta… fue un baño corto… me enjaboné toda la zona pélvica… frente a mí estaba el policía secándose… metió una de sus manos en la regadera para acariciar mis nalgas… “se ve que tienes un culito bien apretadito”, me dijo… yo me puse debajo de la regadera y me agaché un poco para con mis manos abrir mis nalgas y enseñarle el pequeño agujero que el policía rompería más tarde…

Juan lo alcanzó con uno de sus dedos y comenzó a jugar con el… lo penetró con tan solo la yema de su dedo índice y en ese momento yo me moví… el agua caía por mis nalgas y apagué la regadera… tomé otra toalla y comencé a secarme… voltié a ver al policía y noté como su verga había despertado… entre los abundantes pelos púbicos crecía una macana negra de bastante buen tamaño con una rojiza cabecita que apenas se asomaba… mas gruesa que larga… venosa y un poco chueca… miraba hacia la derecha… en el cuarto de baño estábamos los dos… el policía sobándose la verga entre las manos y yo terminándome de secar… le dije ¿qué bonita está?… el policía rió y me dijo “está bien prieta y chueca”… así me gustan añadí…

Mi mano derecha alcanzó aquella verga y comenzó a jalarla lentamente… el policía me dijo ¿por qué no la pruebas?… salimos del cuarto de baño y se sentó en la orilla de la cama… yo me hinqué entre sus piernas y comencé a chupar aquella morena verga… su cabeza roja apareció en todo su esplendor… estaba hirviendo… mis labios se pegaban a su tronco… mi lengua chupaba la inflamada cabeza… poco a poco me la tragué toda… la succionaba una y otra vez… bajé por unos minutos a sus huevos que colgaban y se movían rítmicamente… que ricos huevos, con el escrito lleno de pelos…los lamí suavemente y luego uno a uno los metí dentro de la boca… mis labios los besaban y succionaban… Juan comenzó a gemir y a decirme “putito que rico la mamas”… “se ve que te gusta la verga”…regresé lentamente a su verga que estaba completamente erecta y ladeada… lamí la cabeza y miré al policía… me pidió que me la tragara toda y así lo hice… su glande tocó mi campanilla… saqué su verga completamente ensalivada…

El policía estaba sentado en la orilla de la cama y me pidió que me levantara… obedecí enseguida… se acomodó entre las almohadas y acostado me pidió que me acercara a seguir mamándole la verga… él quería que mientras yo le mamaba su morena verga, pudiera tocar mis nalgas… le ofrecí un poco de lubricante, mismo que esparció entre sus dedos y comenzó a jugar con mi culo… hacía círculos en mi culito y me decía “ponte flojito putito… ponte flojito”… puso su dedo índice en la entrada de mi culo y me dijo “muévete… clávatelo tu solito”… mientras yo más me movía más me clavaba su dedo… su dedo desapareció en mi culo… el policía me dijo “rubio, estás bien apretadito…. te voy a dar una cogida que no vas a poder ni caminar”… esas palabras cachondas y a la vez groseras me excitan de sobremanera… Juan comenzó a mover su dedo dentro de mi culo mientras yo lamía de arriba abajo su rica verga… sentí como sacó su dedo y ahora intentó hacerlo con dos de sus dedos… el sentir su índice y su medio entrando y saliendo de mi culo me hacía gritar de placer… yo mientras seguía chupando aquel pene grueso y cabezón… mi culo no aguantaba ni un minuto más sin ser penetrado así que le puse lubricante en la verga y uno de los condones… me senté sobre su abdomen para proceder a enterrarme aquella rica verga… mi culo pulsaba… el policía me pidió que me la clavara lentamente… apunté la punta de su verga contra la entrada de mi culo que bien lubricadita se abrió para ceder el paso a aquel moreno intruso… me clave solamente unos centímetros de su verga…

Sentí como lentamente su verga entraba en mi recto, llenándome de un intenso placer… suspiré de placer y me relajé… acaricié sus tetas y pellizqué con fuerza sus pezones… Juan sopló de alivio cuando sintió que su verga “tocaba fondo”… me dijo en tono machista “ya te la clavaste toda… ahora vas a sentir lo que es un verdadero hombre”… me agarré de sus hombros y comencé a subir y bajar enterrándome su verga hasta lo más profundo… mi verga raspaba contra su peludo abdomen. "culéame…", le exigí… yo me quedé quieto viéndolo mientras él embistió con fuerza y con sus manos separó mis nalgas y con movimientos violentos y profundos, enterró aún más su grueso pene en mi dilatado culito… efectivamente borró todas mis arrugas… el policía me agarró de las caderas y se puso de ladito sin sacar su pito de mi interior… giramos un poco más y me depositó de espaldas en la cama… él quedó arriba de mí… abrió mis piernas al máximo y me empezó a culear con violencia… yo gritaba pidiéndole más verga… ohhhh… ahhhh… cógemmmmme…. cógemmmmme… dámela… dáamela… papi dámeeeeeela… El policía gemía también y nuestros quejidos se fusionaron en un grito de placer… “te estás tragando toda mi reata”, dijo… me la metía violentamente diciendo “toma verga… tómala…” me deshacía por dentro… la fuerza de sus arremetidas hacían que se le brotaran las venas de sus brazos… cerraba sus ojos y se mordía los labios… “que culito tan apretado tienes”… “te voy a reventar el culo”… aquel hombre me culeaba con fuerza y sabía perfectamente controlarse… de repente bajaba el velocímetro a “O” para evitar venirse y luego comenzaba de nuevo poco a poco a meter y sacar… me la enterraba hasta el fondo y cuando de mi boca salía un grito fuerte decía… “aunque grites… te voy a deshacer el culo”… su cuerpo sudaba y sentía su respiración al ritmo de sus arremetidas… “dámela… dáamela… dáaammmmmela… ohhhh… ahhhh… cógemmmmme… cogemmmmme… dámela….daamela….. dáaammmmmellllaaa… papi dámeeeeeela….

Su verga entraba y salía de mi culo en forma pausada y segundos más tarde arremetía sus movimientos… nunca antes había tenido relaciones con un hombre mayor, pero aquel policía definitivamente valía la pena… efectivamente me estaba dando una de las mejores cogidas de mi vida… a pesar de que llevaba ya unos 15 minutos de mete saca, no se asomaban síntomas de que fuera a acabar… mis intestinos se apretaban contra la gruesa verga del policía… mi culo pulsaba… me sentía lleno… me estaba proporcionado un placer indescriptible… la sentía hasta el fondo de mi ser… me frotaba la próstata… mi culo estaba abierto al máximo… me estaba partiendo en dos… comencé a gemir de placer y dolor…. Ahhhhhh… ahhhhhhhh… ahhhhhhhhhhh… el estar siendo cogido por aquel rico policía me producía una enorme excitación… "que culo más rico tienes”… “hacía tiempo que no gozaba tanto como ahora”… yo solamente me limitaba a gemir y no podía decir cuanto estaba gozando… experimentaba en ese momento una extraña mezcla de dolor y placer… dolor por el daño que su verga me provocaba y placer obviamente por estar bien clavado hasta lo más profundo de mi ser…

Después de un largo rato de mete y saca, y de gritos de mi parte y gemidos de la suya
, el policía me dijo: "me gusta lo apretado de tu culo"… comenzó a culearme descontroladamente… enterraba profundo su pene en mi culo mientras me decía obscenidades… su cuerpo caliente contra mi pecho… golpeaba con sus manos mis nalgas, haciendo contraer mi ano y estrujar su pene dentro de mí… “aprieta el culo… me duelen las bolas, quiero vaciarlas dentro de tu culo”… no… No… grité… dámelos en la cara… en la cara por favor… mi voz entrecortada por el placer le pedía una mascarilla… dámelos… dáamelos… el policía sonrió y me dijo con voz entrecortada por la intensidad de sus movimientos “OK te los voy a dar en la cara”… yo solamente alcancé a decirle otra vez “dámelos… dáamelos…” aminoró sus movimientos hasta bajar su ritmo… seguía en el mete saca, pero ahora en un tono más pausado… me dijo “espera… espera”… lentamente sacó su verga de mi adolorido culo, se quitó el condón y acercó su verga a mi cara… el policía jalaba su verga a tan solo unos centímetros de mi cara… noté como otra vez se aceleraba su ritmo y con un fuerte gemido comenzó a venirse… apuntó la cabeza de su verga justo a mi boca que sedienta esperaba el primer lechazo… un primer lechazo entró hasta el esófago… cerré la boca instantáneamente… los subsecuentes lechazos llenaron mi cara con torrentes de leche caliente. "¡ahhh que rico!… ¡mierda… que rico!… ¡ahhh!" "¡goza… ¡goza!"…

El policía decía, mientras yo abría de nueva cuenta la boca y sacaba mi lengua esperando encontrar alguno de los últimos lechazos para saborearlos… mi pelo y frente quedó llena de ricos y calientes mecos… comenzaron a escurrir por mi nariz hacia mi boca… una vez que terminó de venirse, Juan acercó su morena y torcida verga a mi boca… me pidió limpiara su pene, así que me lo metí a la boca sintiendo como lentamente perdía erección… yo estaba todavía muy caliente así que, con toda la cara llena de rica leche, le pedí al policía que me dedeara para que me pudiera masturbar sintiendo dos de sus dedos dentro de mi ser, hasta que me vacié en mi propio abdomen…

Por espacio de tres minutos tuve dos de sus dedos en mi culo… un soplido de cansancio salió de mi boca, intentando recuperar el aliento… el policía estaba todo sudado recostado en mi cama… su verga había perdido todo su vigor y descansaba plácidamente… me recosté junto al policía y lo abracé… le dije solamente “gracias”… me levanté para lavarme la cara de toda aquella leche que escurría… el policía se levantó igualmente y me pidió permiso para volver a bañarse, a lo que accedí… en cuestión de media hora se vistió y me pidió un aventón a la estación de metro mas cercana… cuando lo dejé me dijo… "cuando quieras verga de nuevo, ya sabes donde encontrar quien te rompa el culo en dos"…

Cualquier comentario siempre es bienvenido.
Autor: Juan Carlos juan_carlos_hoff (arroba) hotmail.com


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