sábado, 2 de febrero de 2013

El Mecanico del Club


Hoy quiero contarle a mis lectores lo que me sucedió el domingo último.

En esos días había venido una parienta de Buenos Aires y la llevé a la Plaza Fabini donde ella se puso a tomar mate mientras mirábamos a la gente pasar y en eso estábamos cuando sentí un tremendo dolor en el culo debido a que me puse a recordar que en ese lugar había conocido a un Sargento un tiempo atrás.

Por suerte era domingo y no había peligro de que el Sargento estuviese por allí porque si me veía me iba a querer llevar otra vez a su casa y yo no estoy para sufrir nuevamente lo que pasé esa noche de placer pero de mucho dolor, por esa razón trato de no pasar por esa plaza en las noches en que el Sargento acostumbra a caza víctimas para su poderosa arma de destrucción masiva de anos no acostumbrados a su grueso calibre.

Al otro día por haberse cambiado la fecha del 12 de Octubre fue feriado y aproveché para llevar a la prima almorzar a la casa de mi hermano, a la tarde pasamos por el Parque Rodó y ella se puso a tomar su infaltable mate sentados muy cerca de la estatua de Buda.

Hasta muy entrada la noche nos quedamos charlando en ese lugar hasta que se hizo la hora de volver a casa, pero la fatalidad se interpuso e nuestro camino.

Veníamos muy tranquilos por 18 de Julio cuando mi auto se detuvo y el motor se ahogó, no hubo forma de hacerlo a arrancar nuevamente, por ese motivo lo tuvimos que arrastrar un par de cuadras hasta llegar al club del cual soy socio donde podía hacerlo revisar por algún mecánico.

Tuvimos que esperar mucho rato hasta que apareció un mecánico y nos remolcó hasta la parte superior donde está el lugar donde revisan los autos.

Mi prima estaba cansada y en realidad se estaba orinando por toda el agua que había bebido con sus mates por eso me pidió la llave de mi depto. y se fue para allá, que en realidad queda a dos cuadras del lugar donde iban a revisar mi auto.

El mecánico era un tipo grandote, un cutis bárbaro, bien afeitado y con el pelo bien cortado, no era antipático pero muy raro como ausente, hacía su trabajo y nada más.

Me tuvo como dos horas esperando mientras atendía a otros automovilistas que habían llegado antes que yo, se notaba que estaba de guardia y era él solo para atender a todo los coches..

Cuando me llegó el turno estaba más cansado y ausente que cuando me remolcó hasta arriba, se puso a trabajar en mi coche pero como no daba con la tecla tuvo que llamar por teléfono a otro mecánico para que lo asesorase en el tema que al parecer él no conocía tan bien como su colega.

Seguía con la mirada triste y ausente, sus ojitos parecían mojados o humedecido por alguna lágrima incontenible que quizás había derramado en algún rato de arduos pensamientos, quién podía imaginarse que le sucedía a este mecánico tan atrayente?

Tenía los ojos brillantes por esas furtivas lágrimas que se estaban escapando sin que él las pudiese contener, esa mirada me hizo recordar a otra que en una noche de oscuridad había visto en "Mi primer policía".

Mientras se agachaba dentro del auto para revisar el motor y los demás accesorios yo lo miraba tratado de penetrar con mi mirada ese overall tan amplio que no me dejaba adivinar el contorno de su pija la cual me imaginaba que sería muy hermosa dadas las características de la cara de su dueño.

Se notaba que era un problema muy difícil de resolver o él no era tan apto en esos menesteres como creían los que lo habían contratado porque en determinado momento tuvo que llamar por teléfono a otros mecánicos para que lo asesorasen o para que viniesen a ayudarle en descubrir el desperfecto.

Yo esperaba pacientemente sentado dentro del auto porque en alguna ocasión me hacía encender el motor para ver como funcionaba con los distintos elementos de control que iba poniendo dentro del capó de mi auto.

Al rato llegaron dos mecánicos más, los cuáles no me llamaron la atención, venían bastante mugrientos por la grasa de los coches, desaliñados en grado extremo, pero con mi mecánico no necesitaba a nadie más para recrear mi vista siempre sedienta buscando contemplar diversas vergas para mi uso personal.

Con un par de horas allí no aguantaba más, los deseos de orinar eran cada vez más intensos y por eso no tuve mejor opción que preguntarle al mecánico donde quedaba el baño.

-El baño de los socios es en la planta baja, pero si está tan apurado por esta vez use el del personal que queda al fondo por ese corredor.

Le agradecí y rápidamente me encaminé al sitio que su mano había señalado, él se quedó cambiando opiniones con sus colegas y con otras personas que habían traído sus autos para revisar y estaban en la larga cola de espera.

Muy placenteramente descargué mi vejiga en ese baño bastante amplio y vacío de mobiliario; que bien me había venido esa descarga de orina , sentí algo parecido a un orgasmo producido por una abundante eyaculación y pensando en él mecánico se me levantó la verga por lo que no tuve otra solución que acariciarla un poco pensando en él.

Mis pensamientos volaban pensando en él y por esa razón no percibí que alguien había entrado al baño y estaba mirando como mi verga dura estaba entre mis manos que le corrían el prepucio a una velocidad muy discreta.

Era el mecánico que había entrado al baño con la intención de orinar o quien sabe de que?

Observándome bajó los triradores de su overall, desesperadamente y muy rápidamente metió su mano sacando su verga semi-parada y mostrándomela me dijo con una ahogo de voz:

-¡¡NECESITOO UNA MAAAMADA!!!!

Lo miré poniendo cara de asombro pero que asombro iba a fingir si mi pija estaba súper dura entre mis manos y largando algo de precum, casi le dije que buscase en otro lado que se había equivocado de persona.

-No te hagas rogar que noté como me mirabas cuando trataba de arregarte el auto.

Ante esas palabras y la verga tan hermosa que tenía entre sus manos lograron desarmar mi resistencia y pude exclamar.

-¡¡QUE LINDA VERGA TENÉS!!!

Era grande, gorda, suavecita como seda, con un sabor riquísimo a pesar de que sus manos eran un desastre de grasa y aceite, pero su pija por estar muy bien guardada se había salvado de la polución que impregnaba sus manos y parte de sus brazos.

Chupé un buen rato en el cual me decía que me apurara, que había gente eperando y además estaban sus otros compañeros que podrían entrar al baño al notar que se demoraba demasiado.

Estaba gozando muchísimo con la mamada que le estaba realizando, mientras mi mano iba y venía a lo largo de mi pija haciéndome disparar mi descarga lechera directamente sobre el piso mientras él ni se daba cuenta porque gemía con los ojos cerrados tratando de disfrutar al máximo el trabajo de blowjob que estaba recibiendo tan apresuradamente.

Sus gemidos aumentaron en intensidad tanto sonora como en velocidad por lo que me di cuenta de que se iba a producir inmediatamente su eyaculación por lo que me apresuré hurgando entre sus nalgas y le metí un dedo en el culo al sentir el contacto de mi dedo en su virginal orificio me empujó su verga hasta le fondo de la garganta y allí se produjo su explosión final haciendo latir muy intensamente a mi verga, que unos segundos antes había vaciado su esencia de testículos sobre ese piso que de tantas manchas que tenía nadie iba a notar que era mi leche la que allí había producido otra más.

Realmente me atraganté, era una cantidad impresionante de leche que fluía por ese miembro que llenaba mi boca sin dejarme un espacio libre por donde poder respirar, su pija seguía latiendo y con cada latido se producía otra expulsión del líquido blanquecino el cual descendía por mi esófago acompañado por sus gemidos y por los apretones que le daba a su a huevos exprimiéndolos para que de esa forma largasen más y más su contenido.

Cuando cesaron sus espasmos fue directamente al lavatorio, mientras se lavaba la verga me dijo:

-Ufff!! Hacía como diez días que no cogía, desde que me peleé con mi novia no lo hice con nadie más, al ver cuan afanosamente me mirabas me calenté pensando que me la podías mamar aunque nunca me lo había hecho un hombre... lo disfruté mucho, pero no me gustó eso que me hiciste de meterme un dedo en el culo..

-¿Realmente no te gustó ni un poquito?

-NOOOOOOOOO!! No soy trolo para que me guste que me revuelvan el culo...

-No voy a discutir contigo pero cuando te metí el dedo gemiste más fuerte y tu eyaculación aumentó muchísimo....

-Bueno... de veras me hiciste gozar mucho, no sé si fue porque tenía las bolas llenas de leche o tu dedo me dio mucho más placer. ¿Estás conforme?

Nos acomodamos la ropa, salí yo primero porque si alguien sospechaba algo iba a notar que yo había entrado primero, pero como fueron más de diez minutos los intensos momentos que pasamos allí dentro cualquiera podía darse cuenta de que por una simple meada no se tardaba tanto

Me senté en mi coche como si nada hubiese sucedido, la gente seguía esperando para que le solucionasen los problemas que sus coches tendrían, al rato apareció él, terminó de cambiar una bobina de mi coche, le di una buena propina y me fui diciéndole que si alguna vez quería tomar alguna copa me llamase, que su “vino” era excelente, que en mi ficha de socio tenía mi datos.

-Gracias. No bebo, y mi vino será para mi novia con la cual espero arreglar las diferencias...

Volví a mi depto. donde encontré a mi prima durmiendo, como había demorado tanto con el arreglo del coche ella cansada y aburrida de esperar se había ido a acostar y se había dormido.

Al otro día los tirones que daba el coche siguieron igual por lo tanto tuve que llevarlo al mecánico habitual, él cual me dijo que no era la bobina era un problema eléctrico.

Este mecánico ni se asemeja al del club, es viejo, gordo y panzón y sobre todo muy hetero.

Me quedó un rico sabor en mi garganta por lo que da gusto saborear pijas tan suaves y calientitas como la del mecánico del club.

Ese sabor y esa tersura trajeron a mí memoria la verga de un enfermero que chupé hace unas dos décadas la cual era igual de suave que la del mecánico.


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