domingo, 6 de mayo de 2012

Mi Cuñado


Salí del colegio dos horas antes por que se rompió una tubería. Caminé hasta casa para dar tiempo a que mi hermana ya estuviera en casa cuando yo llegara. Mi colegio quedaba como a cinco cuadras de mi casa y como no me gusta estar solo en casa preferí tardarme en llegar para asegurarme de encontrar a alguien. Déjenme decirles que soy un chamo de 18 años, 1,67 de estatura, y bastante delgado. De cara tengo mucho parecido a mi hermana y, mi hermana es bella. Así que se podría decir que para algunos soy bastante interesante. Me encanta jugar futbol, eso me ha dado un cuerpo muy bien desarrollado y una piernas muy fuertes.

Camine lentamente para ganar todo el tiempo posible pues era demasiado temprano. Cuando llego a la calle observo que el carro del novio de mi hermana esta frente a la casa. Esto me sorprende porque ellos deberían llegar dos horas mas tarde. Acelero mi paso porque pensé que había pasado algo. Cuando estoy abriendo la puerta sale mi hermana con cara de disgusto y me dice que ya egresa que va al centro comercial y que adentro es Juan Carlos, su novio. No entendí nada pero terminé de entrar.

En la sala esta Juan Carlos algo serio, le saludo y le pregunto que pasaba. Solo respondió que había tenido una fuerte discusión con mi hermana y que se había ido molesta. Insistí preguntándole porque habían discutido y el prefirió quedarse callado. Le dije que me iba a bañar y ya regresaba.

Entré a mi cuarto y me dispuse a darme un baño. Estaba de lo mas distraído en mi baño que no oí cuando Juan Carlos abrió la puerta del baño. Cuando abro la puerta de la ducha lo veo recostado a al puerta del baño observándome. Mi primera reacción fue de sorpresa. Pero el inmediatamente intervino, diciendo que no le gustaba estar solo y que prefería estar conmigo que solo abajo esperando a mi hermana. Me coloque la toalla alrededor de la cintura y salí hacia la puerta. Cuando voy a pasar hacia el cuarto Juan Carlos me agarra del brazo, me atrae hacia el y me dice:

Ya que no está tu hermana tu podrías ayudarme a relajarme?

Yo bastante nervioso y desconcertado, sobre todo porque hasta ese día entre Juan Carlos y yo había sido una relación bastante normal en donde casi ni hablábamos, no respondí nada. Me quedé petrificado. Abrazado a aquellos brazos fuertes, grandes y muy peludos. Mi cuñado Juan Carlos era un chamo de unos 21 años, alto, fuerte, con cuerpo de gym y muy peludo; incluso siempre llevaba una barba mal afeitada. Había mas de 20cm de diferencia en tamaño, entre el y yo. Eso hacia que pudiera manejarme con facilidad. Claro está que yo tampoco quería salir de aquellos brazos que me gustaban tanto.

Pasaron unos segundos que me parecieron una eternidad por el nerviosismo que tenia en ese momento.
Me ayudaras? Insistió

Pero Juan Carlos a que te refieres, como puedo ayudarte?
Déjate llevar por mi, estas de acuerdo?

No sabía que responder. Mis palabras no salían y mi mente solo pensaba que aquello me gustaba y que Juan Carlos era muy agradable y además tenía un cuerpo que no era fácil rechazar.
Sin decir nada solo lo abracé y presione. El entendió que aquello era una respuesta positiva. Me levantó la cara hacia el y me dijo:

Eres idéntico a tu hermana. Puedo besarte?

Sin esperar respuesta busco mis labio y suavemente colocó sus labios sobre los míos. Fue algo hermoso. Pude sentir su lengua abriéndose paso entre mis labios y buscando mi lengua. Pude sentir mi lengua respondiendo a aquellas caricias. Era una sensación especial sentir nuestras lenguas jugando. Su lengua penetraba en lo mas profundo de mi boca y mi lengua hacia retroceder la suya hasta penetrar en lo mas profundo de su boca. Fue un intercambio de caricias que nos mantuvo unidos por un buen rato. Ya podía sentir el calor de su pene al crecer casi en mi ombligo y como deliberadamente presionaba para que lo sintiera. Aquello me mataba. La pasión y la lujuria hacían que mi mente se nublara, no pensara.

Me separé para quitarle la sudadera que tenía. Para mi sorpresa apareció ante mí, un hermoso pecho muy peludo. Nunca había visto tanto pelo en un pecho. Me gustaba lo que veía. Sin pensarlo me recosté en aquella cama de pelos y pude sentir una increíble sensación. El se dio cuenta que me agrado y comentó:

Te gusta mi pecho?
Mucho. Le respondí. Y sin pensarlo busque sus tetillas para besarlas, para acariciarlas. Con mi lengua las acaricié todo cuanto pude. Dejé que mi lengua hiciera círculos en aquellas tetillas que costaba ver de tantos pelos. Pero me gustaba y estaba disfrutando.

Vamos a la cama. Susurró
No respondí, solo lo seguí. Me deje llevar por aquella situación.
Caminamos hacia mi cama y el se encargó de soltar mi toalla y dejarme completamente desnudo. Me observó, me acarició, me besó y me dijo:
Definitivamente eres lindo. Este será nuestro secreto, te parece?

Claro, me gusta este secreto. Le dije.

Volvió a besarme con pasión, con entrega, con ganas. Se desabrochó el cinturón y el pantalón y lo dejó caer a sus pies. Pude observar ahora un cuerpo realmente hermoso, proporcionado, muy peludo. Se observaba los efectos del gym. Todo era simétrico, fuerte, fibroso. Llevaba unos boxer negros que combinaban con su peludo cuerpo. Desde el cuello hasta los pies era puro pelo. Que hermoso se veía. El estaba pendiente de lo que yo observaba, sabia que estaba encantando con lo que veía. Se acostó boca arriba en la cama y me invito a acostarme. No perdí tiempo me dirigí a sus boxer. 

Lo acaricie sobre ellos. Mordí ese impresionante paquete que ya resaltaba sobre la tela. Con mis manos comencé a bajar el boxer lentamente. Quería disfrutar. Lo que apareció ante mi fue algo impresionante. Un pene enorme, después me entere que le media 21cm, y muy grueso. Lo más lindo que tenia era una enorme cabeza que brillaba impresionante ante aquel tallo. Pase mi lengua por toda esa cabeza dejando mi lengua justo en el hoyito por donde ya salía todo aquel precum. Aquel liquido que proporcionaba un olor característico y estimulante. Lo lamí. 

Lo deguste. Abrí mis labios para dejar pasar la enorme cabeza hasta donde alcanzara. Me costó, por las dimensiones. Apenas entro la cabeza ya llenaba toda mi boca y estaba forzada. Con mi lengua hacia que aquel hombre se estremeciera cada vez que la desplazaba por aquella sensible cabeza. Como me gustaba aquel pene.

No podría aguantar mucho aquella situación así que me separó de su pene y me dijo:
Ahora te quiero hacer mío, estas listo?

Si. Le dije. Quiero ser tuyo.
No esperó mucho, me acostó boca abajo y colocó una almohada debajo de mi ombligo. Comenzó una muy agradable chupada en mi culo. Con su lengua hacia maravillas. Me tenía en la gloria. Aquello me estaba volviendo loco. Metía y sacaba su lengua como si me estuviera cogiendo. Aquella lengua dura y húmeda, me estaba dilatando. Y vaya forma de dilatarme. Faltaba poco para que yo mismo pidiera que me partiera el culo. Lo quería hacer, pero al mismo tiempo tenía miedo de aquella tranca. Sabía que me haría daño. Era necesaria toda la dilatación posible.

Cuando considero que ya estaba bien húmedo y dilatado. Retiró su lengua y ensalivando su dedo medio comenzó a introducirlo por mi pequeño ano. Sentía aquella presión y me gustaba. El dolor era fuerte pero sabía que aquello no era nada si lo comparaba con lo que seguramente sentiría cuando me penetrara aquella verga enorme. Cuando lo considero oportuno introdujo un segundo dedo en mi ano ya adolorido. Mis lágrimas empezaron a deslizarse por mis mejillas. El dolor era cada vez más fuerte y faltaba lo peor, pero lo deseaba. Quería ser penetrado aquel día, tal vez no tuviera otra oportunidad, me repetía para mis adentros.

Me metió dedos más de 15 minutos. Ambos lo disfrutamos en el fondo. Ya estaba listo para ser penetrado.
Se acerco a mi oído y me preguntó si estaba listo. Le dije que me dolía mucho. Su respuesta fue directa: aguántalo.

Sentí la presión de aquella enorme cabeza tratando de entrar en mi pequeño culito. Mi ano se resistía, pero el deseo y la fuerza de mi cuñado pudo más que mis gritos apagados por una almohada. No soportaba aquel dolor, la desesperaciones apoderó de mi. El haciendo uso de toda su fuerza me agarro y presionó fuertemente contra el logrando que aquel monstruo de cabeza atravesara mi destrozado ano. 

El grito que pegué fue enorme, tanto que el se asustó pensó que me había desmayado. Dejó de presionar e incluso se retiró un poco sin sacarlo del todo. Me susurró algo al oído que no entendí. Solo lloraba del dolor que estaba sintiendo. Estuvo quieto por unos minutos, no se cuantos. Busco mi oreja y comenzó a besarla y chuparla. Y cuando sintió que estaba algo relajado presionó con fuerza y me atravesó el culo dejando entrar aquel rolo de guevo hasta el fondo. 

Fue un dolor desgarrador. Sabía que sería doloroso, pero no esperaba que tanto. Lloré, grite, pedí clemencia. Pero el no tuvo compasión continuó dándome rolo por el culo. Había perdido el control, estaba como loco sobre mí. Así estuvo más de 15 minutos. Creo que reaccionó de repente por que se detuvo. Pensé que había acabado. Suspiré. Solo dijo a mi oído: estás rico vale!

Y continuó con aquel mete y saca. El dolor había aminorado pero aun se sentía. Pasaron como 15 minutos más cuando tuve la sensación que presionaba más profundamente. Pude sentir como mi culo era bañado de su semen. No se cuantos chorros de leche soltó, pero si se que fueron muchos y muy cargados. En sus contracciones me apretaba fuertemente como queriéndome atravesar mas todavía. A pesar de haber terminado no se salió de mí, se quedo acostado sobre mí como si se hubiese quedado dormido. Solo sentía su respiración. Me pareció hasta oír un sollozo, pero pensé que era mío. De repente se deslizó a mi lado y salio de mi. Sentí que tras su salida había dejado una tronera.

 Cuando se separó de mí, como pude me levanté y fui al baño. Estaba muy adolorido, no había disfrutado aquello, al contrario, había sido una experiencia desagradable. Pasé seguro a la puerta del baño y me di una larga ducha con agua caliente. Me ardía todo. Debo haberme bañado como 20 minutos. Cuando Salí noté que ya no estaba. Baje a la sala y me di cuenta que se había marchado de la casa. Trate de sentarme y el dolor se hacia sentir fuertemente. Regresé al cuarto y me acosté a pensar en lo que había sucedido. No entendía porque había sido tan cruel.

Esta historia continuará…


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