Hola soy Dany, siempre me han gustado los hombres aunque nunca lo he dado a conocer, desde chico me he preocupado por disimular y crear como un muro alrededor mío para que no me descubran, así fue que me convertí en un chico tímido de pocos amigos por no decir de ninguno, no salía de casa a jugar ni a conversar, me preocupaba por los estudios solamente y mi madre y mis 3 hermanas mayores no ayudaban mucho a la situación, ya que me sentía vigilado y cuidado al extremo por ellas, y sobre todo inevitablemente a jugar con ellas.
Así me di cuenta en algunos años que me sentía atraído por los hombres mayores, ya sea profesores, vecinos, algunos papás de mis amigos, y amigos de mis papás también, lo sabía, me gustaba el hombre maduro, no flaco al contrario grueso grande y velludo. Primero soñé con mi vecino, luego con un amigo de mis padres que visitaba la casa en reuniones o cumpleaños, luego al hombre de la tienda, soñé que me besaba y me abrazaba casi apretándome contra él.
Me desperté nuevamente todo mojado. Poco tiempo después hubo una de esas fiestas de cumpleaños con toda la familia, ahí conocí a un hombre que me gustó al verlo, su nombre es Carlos, al preguntar por él me dijeron que era como el novio de una tía, me di cuenta que tenía mis mismos gustos.
Al tipo le gustaba la bebida y seguro por eso vino, ahí me di cuenta después que me gustaba observarlo como tomaba, como bailaba, como se le hacía difícil hablar y caminar cuando bebía licor, y luego quedaba arrinconado a un lado todo perdido por el alcohol, todos lo sacudían y lo trataban de levantar para despertarlo, pero era solo por un minuto y luego, quedaba de nuevo dormido como muerto, ¿por qué me gustaba verlo así? no podía apartar la mirada de él, de sus ronquidos o de su mirada perdida, me atraía esa escena, ahí descubrí que eso me excitaba mucho, ver a un hombre maduro, a un señor, ahí indefenso a la merced de alguien como yo para acariciarlo y besarlo, si solo a eso aspiraba, solo a eso llegaba en mis sueños, y me gustaba, me daba placer, me excitaba, no sabía más del sexo que eso, porque lo que veía en las películas o novelas, a esa edad, 18 años, era solo eso, besos y caricias.
Cuando la fiesta acabó, Carlos, estaba molido por el alcohol y el baile, me gustó mucho verlo así dormido en la mesa, con la nariz doblada por el peso de su cabeza, así que fui y lo empecé a tocar, primero su oreja, luego su cara y luego metía mi dedo en su boca hasta tocar sus dientes y su lengua, levanté su cabeza y le di palmadas en su cara, llamándole por su nombre, Carlos, Carlos, no tuve respuesta, hasta que golpeé más fuerte y abrió los ojos, murmullaba algo, me miraba pero sus ojos no me conocían, le apreté la nariz y le metí mi dedo en su boca, no decía nada, estaba tan perdido como mi vecino, me dio confianza y le jalé la oreja como le hacían a mi vecino como para que vuelva en si, pero nada.
Sentí ganas de orinar, así que me fui al baño y en el camino le dije a mi mamá que el tío no se despertaba, que mejor se quedara a descansar aquí, me dijo que ella se encargaría y al volver el tío ya estaba de pie, pidiendo disculpas a mi mamá por terminar así en su casa, y luego empezó a gritar el nombre de mi papá para seguir tomando, pero mi papá no toma mucho así que terminó acostándose temprano, entonces lo ayudamos a acostarse en mi habitación, era tan grande que llenaba toda mi cama, mi mamá me dijo que me fuera a dormir con mi hermana, pero como desaprovechar ese momento, como dejar a alguien así, inmenso corpulento velludo. Decidí quedarme con él aunque sea con medio cuerpo en la cama, sintiendo sus ronquidos, esperando que mamá apagara todo y se durmiera también.
Entonces llegó la hora, empecé a tocarle su cara su barba, sus labios, su nariz, que bien me sentía, no aguante más y le di un beso en medio de sus ronquidos, sentía ganas de orinar de nuevo, pero me aguanté, empecé a abrirle la camisa que traía puesta, luego acaricié su velludo pecho, sus tetillas eran grandes y velludas también, su panza era todo de pelo, estaba a mil, quería acariciar más y no le soltaba la boca, me quedé prendido de sus labios. No se como puede atreverme a abrirle el cierre y meter mi mano y apretarle el paquete mientras seguía besando sus labios, era demasiado rico, ya había dejado de temblar por el miedo a que se despertara, ahora solo quería disfrutar de este hombre, era solo para mi.
Le quité la correa, desabroché su pantalón, y bajé un poco su apretada ropa interior, sentía que también jalaba sus pelos, pero no me importaba ya, jalé igual y se quejó, dijo una lisura supongo y se tocó el paquete, sentí que agarró mi mano pero lo saqué suavemente, de nuevo todo quedó silencio y con cuidado volví a mi trabajo, ahora con más suavidad para no despertarlo, pero no se podía igual jalaba el pelo, pero estaba muy caliente para que me detenga eso.
Jalé de nuevo pero esta vez no se quejó, es más sentí que se movía para hacerlo más facil, me di cuenta entonces que ya estaba despierto, me quedé pensando un minuto lejos de asustarme, y esto hasta ahora no lo me lo puedo creer, le di un beso en la boca tan grande como veía en las novelas, pero fue más rico de lo que pensaba, porque me metió su lengua y me chupaba y mordía mi lengua, en ese instante me mojé, eyaculé, por fin entendí un poco como funcionaba eso, me empezó a acariciar y apretar junto a él, me dijo, quítame todo, y así lo hice.
Esta vez me ayudaba a hacerlo, fue más fácil, ahi empezó a tratar de quitarme mi ropa también pero yo lo hice solo, me empezó a acariciar la espalda, el trasero, mi pene, mis huevos, mi cara, estaba recorriéndome por completo, en medio de su borrachera, se daría cuenta o recordaría donde estaba, o quien era yo, no lo se, pero no le importó y eso fue un alivio.
Tomó mi cabeza y me la empujó hacia abajo con la orden. -Chupámela, la cual acaté sin dudar, no se si lo hice bien o mal esa vez, pero me gustó mucho su verga, era gorda y cabezona, en forma de hongo, me apretaba tanto que casi me provoca el vómito varias veces, luego me dio vuelta y empezó a mojarme con su saliva, y luego me senté encima de él y enterró su estaca en mi culo, y usó mi peso para metérmela toda.
Fue demasiado doloroso, quise gritar pero sabía que no podía, hice de todo para zafarme de él pero era demasiado peso para mí, estaba atrapado, me estaba partiendo en dos, era una bestia que no le importaba mi dolor solo saciar su placer, yo me lo había buscado, no podía hacer nada, solo aguantármela, pero pasó el tiempo y ya dejé de pelear, mi culo se había acostumbrado a esa bestia, ahora solo trataba de besarlo y presionar todo mi culo contra él para sentir todo su tronco en mí, no quería que lo sacara, se lo pedía, se lo rogaba, quería más, quería todo, quería sentirme así, penetrado para siempre.
Me decia, amor, es tuyo, es todo tuyo mi amor, y me besaba el cuello y la espalda, me tenía como loco, le mordía, lo besaba le chupaba, todo lo que mi boca podía alcanzar en ese momento y acariciar con mis manos, estaba poseído, estaba desquiciado de placer, de pronto empezó a hacer más ruido, aceleró el ritmo y me apretaba más fuerte contra su cuerpo, se quejaba en mi oído mientras sus labios y dientes rozaban mi oreja.
No daba más, sentía lo mismo de nuevo, que ya me venía, esta vez vi como salía mi semen, y también empecé a gemir para liberar el placer, a esto me decía. ¿Te gusta? ¿Te gusta como te cacho, como te follo? Solo respondí con un Si, así cacho mi amor, y de pronto soltó un grito y sentía como se hinchaba su pene varias veces, me estaba llenando de su leche caliente y terminaba con un Ahhhhhh que rico mi amor, que rico culo tienes, te voy a dar duro mi amor.
Se quedó ahí tratando de decir algo más y al rato empezó a roncar de nuevo, yo también quedé cansado, adolorido y lleno de su baba y sudor, me zafé de sus brazos como pude y me fui al baño a limpiar. Estaba asustado, pero satisfecho, me vestí y también a él, para después irme al cuarto de mi hermana. De ahí cada vez que lo veo, me dan ganas de pedirle que me haga el amor una vez más.
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