martes, 12 de junio de 2012
No hay Segunda sin Tercera
Era fantástico, acariciar el pecho peludo del guardia mientras tenía dos vergas dentro, sentir como con cada metida mi hoyo se dilataba más y más
Hola, aquí con noticias de mi último viaje a la caliente ciudad de Mexicali, pues ya llegó el día de regresar en plan de trabajo. Me instalé de nuevo en el mismo hotel con la esperanza de encontrar al guardia cuando menos y lo encontré al estacionar mi auto.
Él sonrió y me saludó de mano, me dijo: que bueno que llegó señor, ya lo extrañábamos y sonrió, yo devolví el saludo y le dije: pues veremos que tanto, al tiempo que él se retiraba me comentó que Julio ya no trabajaba ahí, pero que había uno de mantenimiento que me quería conocer y quedamos de vernos en la noche.
Llegó pasadas las 9 de la noche y como hacia algo de calor trajo unas cervezas, yo ya estaba acostado pensando que no iban a llegar, los hice pasar y me presentó a Jorge, era un jovencito de unos 20 años, alto y delgado, moreno ojos azules, sonrisa franca y según observé un poco amanerado, pero me cayó muy bien.
Ya adentro del cuarto Jorge me dijo que ya sabia lo que había pasado el mes anterior y que si yo quería él podía participar, aparte me dijo que el era super discreto y que no tenía experiencia, pero que siempre había tenido la inquietud de hacerlo con un hombre, yo acepté y destapamos unas cervezas.
Después de un rato vi como con la platica, que por cierto estaba cargada de temas sexuales, sus pantalones empezaron a crecer de la entrepierna a lo que indiqué que se pusieran cómodos y enseguida quedaron desnudos al tiempo que yo hacía lo mismo.
Yo sugerí bañarnos y una vez dentro yo mismo los enjaboné y acaricié sus vergas mientras ellos me tocaban por todas partes. Él guardia me repegaba su gorda verga por atrás, yo ya estaba listo en eso Jorge se agachó y metió mi verga en su boca, ooooh! que rico, sentí su lengua caliente en mi glande y como su saliva resbalaba por el tronco mientras con una mano me apretaba los huevos peludos.
Una vez en la cama me puse a gatas para que el guardia me lamiera el culo al tiempo que me metía sus dedos y yo podía mamar la verga de Jorge, que por cierto era delgada pero cabezona y larga, lamí sus cabeza y tronco con hambre, chupé sus huevos con cuidado y ternura, eran pequeños y depilados, él se recostó y bajé hasta su culo, liso también por falta de vellos.
Una vez ensalivado observé como se dilataba y metí un dedo y al rato otro y ya con tres dedos en su culo lo puse a gatas para hacerlo con mayor comodidad, así estábamos, él en cuatro patas recibiendo las embestidas de mi mano y yo en la misma posición con el guardia lamiendo mi culo y metiendo ya casi toda su mano en mi hoyo al tiempo que de mi verga salían unas gotas de liquido pre-eyaculatorio.
Por fin el guardia sugirió cambio de posición y los dos nos lanzamos en contra de su verga, Jorge lamía sus huevos mientras yo me deleitaba con su verga, mamándola como un bebé, así en guardia con tremenda erección me invitó a cabalgarlo, acepté y poniéndole un condón de un golpe metió su verga en mi ya dilatado hoyo.
Yo apretaba su verga y pude sentir las venas a punto de reventar, como su cabezota gorda limaba mis intestinos en un mete y saca riquísimo, me sentía desmayar de placer cuando Jorge comentó que ya yo estaba bien dilatado, que si intentábamos las dos.
Como estaba super caliente acepté y aplicando mucho lubricante introdujo primero un dedo en mi culo ya ocupado por la verga gorda del guardia, sentí mucho dolor pero al mismo tiempo quería experimentar cosas nuevas y una vez que pasó el dolor, metió otro dedo y luego otro, para ir aflojando aún más mi esfínter, yo solo relajaba más mi cuerpo, pero cuado sentí como apoyaba su verga a la entrada de mi ya ocupado culo, lo apreté, pero poco a poco aflojé dejando entrar el otro intruso.
Sentía que se me reventaba el culo, pero era más mi calentura y curiosidad, una vez que entró todo lo comenzó a mover al mismo ritmo que el guardia y sentía su agitada respiración en m
i espalda y cuello, como se movían los dos rico dentro de mi, era fantástico, acariciar el pecho peludo del guardia mientras tenía dos vergas dentro, sentir como con cada metida mi hoyo se dilataba más y más me llevó rápidamente a bañar con mi leche el abdomen del guardia.
De pronto Jorge sacó su verga de mi culo y quitándose el condón me baño mi espalda con chorros y chorros de espesa leche misma que embarró por toda mi espalda el muy travieso, pero el guardia no se iba a quedar atrás y cambiando de posición me puso a gatas para que así, a su merced y con el culo abierto meterla hasta el fondo y terminar en un orgasmo largo e intenso.
Autor: Ramón moncho_60 (arroba) yahoo.com.mx
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