Despues del primer encuentro, mi vida cambió. Preparé el “viaje de negocios” a la ciudad vecina, mandé un mail a mi amigo, y volvimos a encontrarnos en la misma plaza con rumbo al mismo alojamiento. Me sentía más tranquilo con ese macho que me habia besado y me habia chupado todo.
Llegamos a nuestro refugio, y estas vez fui yo quien se abalanzó sobre él, nos besamos con pasion, nos fuimos desnudando paso a paso, mis labios bajaron por su cuello, hasta su pecho peludo, mi lengua buscó una de sus tetillas que lamí i chupé con ansias, le gustaba eso, seguí bajando con mi lengua hasta su verga que estaba cura como un mastil, mi saliva la mojó, se colocó en cuatro patas en la cama, y mi lengua recorrio su hoyo, me gustaba chuparle el orto y a él le gustaba lo que le hacía.
Me dijo “ahora me toca a mí” y su lengua ´pasó por toda mi pija, mis huevos, mi ano, donde se detuvo y profundizó sus lenguetazos, sentí un calor irrefrenable, mi hoyo comenzó a ceder y sentí que la punta de su lengua entraba en mí, ¡que placer! de pronto sentí algo mas duro que la lengua, ¡me estaba hurgando en el ano con su dedo mayor! Sentí que después de eso me cogería, ¡no estaba preparado para eso aún! me dijo “te la voy a meter”, le dije “pará, no estoy preparado todavía”, me respondió “será cuando vos quieras”, le agradecí su respeto, sentí que ya era mi amante, me cuidaba y me contenía, metió un dedo, luego metió dos, mi culo virgen sintió el ardor clásico de la primera vez, jugo con mi ano y sus dedos, ambos nos vinimos luego de un rato de chupadas. Nos quedamos abrazados llenos de nuestras leches en nuestros pelos. Al cabo de un rato, lo invité a ducharnos, preparé la ducha como a él le gustaba, entre tibia y caliente, él se metió bajo la lluvia, y yo, con mis manos me dediqué a explorar el cuerpo de ese macho que me estaba haciendo tan feliz. Tenía su espalda bien formada, sus brazos fuertes sin ser voluminosos, jaboné su culo y mi mano se introdujo en su raya, le gustó eso, bajé jabonando sus piernas, eran piernas fuertes como las de un nadador.
Le dije “date vuelta” mis manos llenaron de espuma su pecho peludo, bajé y jaboné su verga que ahora descansaba fláccida, me la llevé a mi boca, ella respondió rápidamente al estímulo, de repente él salió de la ducha y se dirigió al sanitario, comenzó a orinar, lo seguí, me arrodillé asu lado, tomé y la dirigí hacia mí, mi cuerpo, hombros, pecho recibieron una esplendida lluvia dorada, sabía que a él le gustaba y vació su vejiga sobre mí, ahora su verga estaba dura nuevamente, esto lo habia excitado otra vez, estábamos parados frente a frente, desnudos, mojados, yo tenía el jabón en la mano, pensé, cerré los ojos, pasé la espuma por mi culo, puse un pie sobre el sanitario e incliné mi cuerpo hacia adelante, mi orto se abrió esperando su verga, sin apuro, acercó su pija a mi culo, apoyó la cabeza rosada sobre mi hoyo, ¡si! ¡quería me cogiera ahora! mantuvo ese contacto por unos minutos, mis dudas comenzaron a invadirme nuevamente, pero ya me sentía más liberado, más seguro, me sentía deseado por un hombre y yo lo deseaba a él, terminamos nuestra ducha, nos vestimos, y salimos del hotel, lo llevé hasta cerca de su casa, nos despedimos con un beso en la mejilla, y ahora los dos sabíamos que en el tercer encuentro me iba a coger.
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