martes, 5 de junio de 2012
Mi Virginidad con dos Desconocidos
Si bien en cierto que desde chico sabía mis inclinaciones, también es cierto que lo negaba, ya que para mi primero estaba el pudor y la "vergüenza", de forma que durante muchos años, me negué a sentir y buscar los placeres.
No fue, sino hasta que tenía unos 20 años, cuando me había dado cuenta que en mi cuidad de origen habían abierto un sitio de películas X, y esa inquietud por ver por primera diferente al mío (ya que hasta entonces nunca lo había hecho), decidí entrar.
La oscuridad del lugar me llevó involuntariamente a sentarme junto a dos tipos, que lógicamente no conocía y no podía ver, es más no quería verlos, ya para mí era toda una odisea haber entrado a aquel lugar. En el momento estaban proyectando una película de sexo en un lugar campestre en donde un tipo se comía a una mujer.
Para mí fue excitante ver el pene del tipo, erecto en su totalidad, velludo desde el torso hasta el culo, el tipo en realidad no era atlético, pero su anatomía humana no fue lo importante para mis sensaciones del momento.
Yo disfrutaba de video, cuando, de repente, uno de los tipos que estaban junto a mí, se bajo el cierre del pantalón y empezó a pajearse, en ese momento, no sabía que hacer, ni que pensar. Había pasado de no haber visto pene, a verlo por vídeo y ahora, a pocos centímetros de mí.
Me daba vergüenza voltear a ver, pero la curiosidad me pudo más hasta que solté una disimulada mirada a aquel pene, un trozo de carne que desprendía olores pecaminosos, grande, en realidad no se cuanto, pero me sorprendió.
El tipo se dio cuenta que lo miraba, lo que le dio tal vez más excitación que se desabrochó el botón del pantalón para dejar al descubierto toda su zona inguinal, peluda (como me gusta) y unas pelotas, grandes y cubiertas por un grueso vello. Yo, aún tímido, volteaba mi mirada cada vez más.
Fue cuando entonces escuché, al otro tipo que estaba casi junto decir: aprovecha ahora que te lo están dando, lanzándome con su mano hacia aquel pene descubierto. Yo, sin saber nada del asunto, frené mi cabeza rápidamente y me retiré hacia el baño, quería aclarar las cosas con mi consciencia.
El baño, muy oscuro, no me dejó ver que detrás de mí venían los dos tipos que estaban sentados junto a mí.
Uno de ellos, me dijo, que el baño era más cómodo, me tiró hacia un estrecho corredor, me bajó los pantalones y me la empezó a mamar, en ese momento, me sentía volando, nunca antes había experimentado algo así…
El tipo sabía lo que hacía, porque recorría mi pene erecto de arriba hacia abajo y deteniéndose por un rato sobre mi glande, ahí jugaba un buen rato, pero las cosas, continuarían hacia mi exploración cuando, el otro tipo, se bajo los pantalones, se dirigió a mi, y con sus manos llevó mi cabeza hacia su gran pene, el color, no lo se…
Lo único que la poca luz me permitía ver, era un gran pedazo de carne, cubierta de pelos, con olor no sé si deseable, pero eso si, que una vez estuvo en mi boca, no pude detenerme, la excitación que tenía en el momento, me obligaba a hacerlo, yo, le agarré las nalgas, los huevos, le besaba las piernas; me estaba realizado, por un lado estaba mamando y por otro me lo estaban haciendo a mí.
El show, no terminaba, el tipo que me la mamaba, me desnudo por completo, me puso en posición de cuatro y sin mayor piedad, puso su mástil en mi culo, el dolor que sentí me hizo saltar y gritar, mi culo era aún virgen, pero sin saberlo, aquel tipo gozaba tras una embestida y otra de mi dolor…
En realidad sentía que me desgarraba, pero también empecé a sentir que tras cada movimiento, sobrevenía un exquisito placer, que se complementaba con lo que en mi boca aún tenia, el otro pene que esta vez, entraba y salía de mi boca.
En realidad, no se cuanto tiempo pasé en esta tarea. Ya que de repente el tipo que me culiaba, sacó su pene
de mi trasero y echó su leche sobre mi espalda, en esos momentos él gemía de placer.
Y yo sentía que de mi culo salía algo que me ardía. Pero, mi tarea continuaba con la chupada que estaba haciendo, que terminó botándose en mi boca poco después que el primero lo hizo en mi espalda.
En ese momento los tipos me pararon, empezaron a besar mi cuerpo y chupar mi verga, que aún estaba erecta, el dolor de mi culo se fue volviendo menos importante, porque por primera vez, mi semen estaba a punto de salir en boca de dos hombres, y en verdad, eyaculé sobre sus caras.
Fue el momento de vestirme, lavarme la boca y las manos, salí del lugar derecho a mi casa, sin haber visto las caras de esos dos hombres que me compartieron un rato de ese placer que desde muy chico lo deseaba…
Claro que me costaría mi virginidad, ya que por unos buenos días, cada vez que defecaba, aparecía un gran dolor y un sangrado, pero es ahora en mis 24 años, que quisiera volver a repetir esa experiencia.
Autor: Kavar Kavar23 (arroba) hotmail.com
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