Desde muy joven me gustan mayores que yo. Y siempre que mi papá invitaba a sus amigos a seguir la borrachera en casa, me calentaba pensando que al menos uno de ellos me daba placer. Los escuchaba desde mi habitación, su hablar soez, machista, sexista, alburero, siempre calientes y bien machos.
A veces papá me hablaba para convivir con ellos, ver, aprender, y hacerme macho, a veces me invitaba un trago de cerveza pero no me gustaba, así que no bebía, pero me encantaba ver a esos machos, cargadores y choferes, macizos, señores jóvenes.
Yo, siempre he hecho mucho trabajo físico, así que no podría decir que era delgado, pero sí bien nalgón, brazotes y piernotas macizas, peludillo, todo un chacal en potencia.
Me encantaba el moreno de ojos de miel, cabello quebrado, labios delgados, pecho marcadísimo y brazos de desmayo; el blanco de pelo entrecano, mejillas rosadas y nalgas bien paradas, el señor viejón bigotón, de estilo vaquero, el supermamado, que además de chofer iba al gimnasio y era el más joven, y ppor supuesto su hermano, como de 38 o 40 años, peludísimo hasta de la manos y labios rojos.
Un día que habían ido algunos amigos de mi papa a beber a la casa, entre corriendo al baño y ahí estaba el moreno de ojos de miel, que al verme se hizo a un lado y dijo llégale, si no, te gana. Y le hice caso, de inmediato me puse a su lado, me saque mi pene, y empece a orinar, él me veía con total descaro, se hizo un poco hacia atrás y me miró las nalgas, estiró una mano y las palpó con confianza “que duras y ricas las tienes”, me puse rojo, tenso, pero no dije nada, me gustó.
Estiró su mano, tomó la mía y la llevó a sus nalgas y me preguntó, y las mías qué tal, las acaricié, agarré, y me encantaron, le dije, bien, bastantes duras y redondas, y en eso tomó mi verga y comenzó a acariciarla, a masturbarme y de inmediato se me paró, y dijo, uta que rica, es tan grande como la de tu papá, movió rápido la mano, pero en eso alguien le habló desde la sala, se gurdó su verga y se fue, y dijo, luego le seguimos.
Me quede con mi verga bien dura, y comencé a mastubarme frenéticamente, casi, casi con rabia, pero se me olvidó cerrar la puerta, llegó el amigo de mi papá, de pómulos rosados y nalgas bien paradas y blancas, y me vio en plena acción manual. Y no alcance a esconder mi enorme verga, casi 20 gruesos centímetros.
Mira, mira, eres bien caliente como tu… déjame ayudarte, te echo una mano, y comenzó a masturbarme, yo lo veía como lo más natural, pero sí tenía nervios de que nos cacharan y volteaba hacia la puerta; él estiró la mano, cerró la puerta con seguro y se bajó a mamar, no lo podía creer, un chacalote que casi me doblaba la edad a mis rodillas mamando.
Sentir esa boca húmeda, labios suaves y garganta apretada en toda mi verga, ya que se la tragaba completa, era una sensación increíble, yo sólo me había masturbado, y me habían dado unas mamadas bien chafas (chupan la cabeza y chaquetean el resto).
Se la tragaba completa y me dejaba sin habla, succionaba como experto y sus labios rojos, enmarcados por un espeso bigote y su cara rosada eran una maravilla, trate de sacarla y le dije que casi terminaba, cuando, para mi sorpresa, me agarró de la nalgas, me empujo con fuerza y se la deje ir hasta el fondo de su garganta que se sentí super apretada, y comencé a venirme, espesos, potentes y abundantes chorros comenzaron a salir de mi verga directo a su garganta y yo sentía espamos en todo el cuerpo.
Se quedo con la verga hasta el fondo, respirando con dificultad, pero esperando a que se me bajara, luego la limpio con su lengua, se relamió los bigotes, se bajó el cierre, comenzó a orinar y al terminar salió como si nada, limpiándose el rostro.
Me quede inmóvil, con las piernas temblando, no podía creer que un señor tan cabrón y guapo me la hubiera mamado tan rico, lentamente me guarde mi verga, me acomode la ropa y salí hacia mi recámara, de rato me habló mi papá, que fuera por más cervezas.
El moreno de ojos de miel se ofreció acompañarme, caminábamos en silencio y me preguntó, te gustó como te la mamó mi amigo, la pregunta me calentó, pero me incomodó la indiscreción o confianza entre ellos, le dije secamente sí, y me dijo a todos nos gusta, mama muy chingón, ¿a quiénes todos?, a todos los que estamos ahí, ese cabrón se la ha mamado a todos los que nos juntamos, es muy bueno.
Me era difícil creer que todos tan machos, les gustara que les mamara la verga un puto, pero que no parecía puto, pero que sí mamaba chingón, ¿cómo a todos? ¿a mi papá también? sí, a tú papá también, en los baños, en las regaderas,, se la mama frente a todos. Y tu papá es uno de los que la tiene más grande, como 22cm y este cabrón se la mete completa hasta la base. Wow, no me había imaginado que mamara tan chingón y que mi papá la tuviera tan grande. Sí, es más, dijo, regresemos rápido. Tomamos un taxi al centro comercial, me hizo formar para apartar lugar, y rápido salimos, taxi de regreso y entramos con mucho sigilo.
Y me dijo, ahora verás lo que te dije, y al entrar con cuidado a la casa y dirigirnos a la sala, la escena era muy fuerte y super excitante, el nalgón de la cara rosada estaba de rodillas frente a mi papá que estaba en pie, y se lo estaba follando por la boca, literalmente violando, se la dejaba ir entera y se la dejaba un rato hasta que el mamador tosia y se medio ahogaba.
Alrededor de ellos, el chofer moreno super mamado se la mamaba al sñor bigotón moreno, que sin ropa, podía ver que era muy peludo, y el hermano del moreno, que era muy peludo y de labios rojos, se acariciaba la verga y besaba en la boca al bigotó, a su hermano, y luego acercó su verga a la boca del vaquero bigotón que empezó a mamar como desesperado, pero no podía comérsela completa.
Quede en shock, por la sorpresa, por lo caliente de la escena, de ver puros machos, chacalones, fuertes, y que cualquiera me doblaba o más la edad. Y medio pedos todos, en puro sexo animal, con fuerza, sucio, atascado.
Y con la mayor naturalidad, el moreno de ojos de miel, y pelo quebrado comenzó a desnudarse y comenzó a desnudarme y cuando terminó dio un par de palmadas y anunció, miren que tenemos aquí, todos voltearon sorprendidos y se quedaron un instante congelados, mirándome, de pie, con la vergota super dura.
Mi papá dejo hasta el fondo de la garganta del mamador su enorme verga, y se quedo inmóvil, sosteniéndole con fuerza la cabeza, con ambas manos, y hasta que empezó a ahogarse en serio y se safó el mamador, mi papá reaccionó… ven, me dijo, estiró una de sus manos y camine lento, torpe hacia él.
Me fascinó ver su enorme, duro, y peludo cuerpo, de hombre, de macho. Me tomó de la mano y me abrazó, me acarició la espalda, de una form fraterna, no sexual, me acarició la nuca, bajó sus manos y palpó mis nalgas, me separó un poco y y con su otra mano tomó de la nuca a su mamador y lo acercó a mi verga.
Y comenzó la mamada, mi papá tomó mi rostro, con ambas manos, y me empezó a besar, abrió mi labios y su lengua invadió mi interior, alternaba sus caricias de mis nalgas con pellizcos a mis pechos. Yo empecé a acariciar su pecho fuerte, peludo.
Y de repente, sentí uno de los dedos de sus manotas, buscar mi agujero anal, y sentí miedo, me dijo al oido, calma, confía, te va gustar, y de nuevo lo intentó y me puse tenso. Y dijo, bueno, será después entre tú yo, y nadie más.
Ya no me daba cuenta de quien con quién estaba, sólo me concentraba en el placer, mi papá a mi lado, guiándome, de repente vi un par de nalgas duras, blancas, velludas, junto a mi enorme verga, y mi papá escupió en mi verga y luego lamió y ensalivó ese hoyo, y me dijo, metésela, y lentamente acerque la cabezona de mi verga…
Mi papá insistió metésela de un chingadazo a este culito, ya lo he abierto y aguanta todo, le duele, pero al cabrón le gusta. Y obedecí, puse mi cabezona, lo tomé de las caderas y mi papá le abrió al máximo la nalgas, empuje con fuerza, sentí y se escuchó como hubiera reventado algo adentro de ese culo.
El tipo empinado, se movió hacia adelante con fuerza, gritó de dolor, se quería safar y yo iba a soltarlo, pero mi papá le dio una nalgada super fuerte, que hasta quedo marcada su manota en esas nalgas, y le dijo, aguanta a mi chavo, no seas puto, así es como te gusta.
Me sentí mal por lastimarlo, y pero mi papá dijo chingátelo cabrón, ahí lo tienes, metéselo al fondo, y sácaselo casi completo, y empecé a dalre con furia, con deseo, con la verga super dura y el tipo se quejaba, se quería quitar pero yo lo tenía fuertemente agarrado. Y seguía quejándose del dolor, en eso se acercó otro amigo de mi papá y se la metió de un jaló por la boca para que dejara de quejarse.
Voltié a ver como entraba mi vergota en ese culito peludo y descubrí que lo había lastimado tanto que estaba sangrando levemente, y voltié a ver con preocupación a mi papá, se dio cuenta y dijo, tú sólo dale, a él le gusta así.
No aguante mucho, todo era muy excitante, y ya para venirme se la iba a sacar y mi papá me tomó de las nalgas con sus manotas y dijo a mis espaldas, llénale el culito, tu leche le aliviará el dolor. y Comencé a soltar mi abundante leche, creo que más que cuando me la mamó en el baño, de 10 a 12 chorros aventé, y alguien le dijo a mi papa, igualito que tú, bien lechosos.
Me vacié por completo y me quede inmóvil, con mi verga dentro de ese culito, y comencé a recuperar mi respiración, y papá me dio otro beso supercachondo, acercó su mano a mi pene y lo sacó con suavidad de ese culito que parecía querer quedárselo adentro.
Me hizo a un lado, tomó con su mano su enorme verga, y con la otra la cintura de su amigo y se la dejo ir de un solo envión, y su amigo gritó de nuevo y se quiso quitar, pero mi papá lo sujetó con fuerza y se quedo pegado a él.
Todos se acercaron para ver, la cogida que le daría mi papa con sus 22cm de gruesa verga a ese culito, y escuche que alguien dijo, ora si le partiste la madre a este cabrón, está llorando y gritó bien gacho. Pero el dueño del culito dijo, no hay pedo, es de él, es de él, ya sabe que puede hacerle lo que quiera… y mi papá dijo, hasta compartirlo con ustedes, ¿verdad? y el otro dijo un ahogado, sí.
Empezó a bombearlo y el otro a retorcerse del dolor, y todos veían y se masturbaban viendo como entraba tremenda verga en se culito, y al sacarla le volteaba un poco del intestino para afuera y algo de mi semén y sangre de la cogida anterior, más el daño de ésta.
Mi papá bufaba, era una máquina de coger, en cada embestida, hacia cimbrar y temblar todo el cuerpo de su amigo, que a pesar de estar bien maacizo por el duro trabajo, en esos momentos parecía un muñeco de trapo. Mi papá volteó hacia mí y me dijo, que rico hijo, con tu leche me dejaste el culito de este cabrón bien lubricado, caliente y húmedo y en cada arremetida se oía fuertemente la succión y bombeo de mi padre en ese hoyito.
Mientras se lo bombeaba, el peludo de labios rojos se aceró a mí y comenzó a besarme y yo a acariciar todo su torso peludo, y por atrás se acercó el moreno de ojos de miel y el supermamado me pegó sus nalgas a mi verga. Y mi verga comenzó a reaccionar de nuevo. El mamado se abrió al máximo sus duras y redondas nalgas y pude ver su culito, prieto super arrugado y cerrado, y al oido me dijo el moreno que estaba a mis espaldas, metésela este wey casi no se deja de nadie, sólo de tu papá y de mi, y nunca frente a nadie, pero ahora quiere contigo.
Voltié a ver a papá y él seguía concentrado en el culo peludo de su amigo, era una bestia, sudando, con fuerza, con violencia, respirando como fuelle y de vez en cuando, en alguno de sus bombeos, sacaba algo de mi lechazo de ese culo, y goteaba por todo su tronco, se prendía a los pelos de su pubis y escurría por sus guevos hasta caer al suelo. No dejaba de bombearlo, y pidió un trago de cerveza, y alguien le acercó a la boca una botella, sin dejar de bombear le dio un enorme trago, se lo pasó, pidió otro, y lo escupió en la espalda de su amigo y comenzó a lamerlo.
De pronto sentí como el culo del mamado moreno, se apoderaba de mi verga y comenzó él solito a metérsela, traté de tomarlo de las caderas pero sus amigos me detuvieron los brazos hacia atrás, firmemente, y empecé a sentir como se movía ese culito a todo lo largo de mi pene, poco a poco, hasta meterlo todo, y se quedo ahí inmóvil, y yo sentí mi verga a punto de estallar de dura que estaba.
Lentamente se movió y yo no resistía, quería soltarme y follarlo con furia, pero no me dejaban y de repente cambió el ritmo, fue con fuerza, acompasado, su culito apretado recorría todo mi pene, se salía completo y comenzaba de nuevo, movía delicioso de un lado a otro la cadera, como batidora, y me exprimía, tenía músculos hasta en el culo este cabrón y me hizo terminar en su espalda, le eche unos 6 tiros gruesos, espesos, con fuerza, me soltaron y casi pierdo el equilibrio, me sostuvieron de nuevo y me llevaron a un sofá tenía las piernas temblando.
Vi que mi papá ya no estaba follándose a su amigo, ni el otro se la daba a mamar al de las nalgas peludas, ya estaban vestidos cheleando como si nada. Y me acercaron una cerveza. A mi no me gustaba, hasta ese día, el sabor de la cerveza y cuando comencé a tomarla me supo a gloria, era super refrescante y combinaba su sabor fuerte con todo lo que acababa de pasar.
Esto se repetía una vez al mes, casi siempre los mismos, con mi papá tuve experiencias, sólo entre él y yo, pero después les contaré. Un tiempo, trabajé con ellos en la misma empresa, y me tocó ver en las regaderas el desmadre de sábado a mediodía, cuando salían temprano de trabajar y, algunos chacales, casados y solteros, se quedaban a jugar baraja desnudos, chelear en las regaderas e irse al fondo, tras unos lockers a pagar apuestas, a bajarse la calentura (especialmente los más jóvenes y los que tenían esposas embarazadas eran clientes frecuentes), y regresar a sus casas con sus novias y esposas, tan machos como siempre.
Ahí, en las regaderas siempre fui activo, como mi papá, nos hicimos fama de verdaderos sementales, vergones , y uno que otro nos invitó a su casa a cogernos a su esposa, a su hija y a veces a él frente a su mujer, pero también será parte de otra historia.
Como extraño trabajar en planta industrial, extraño el olor a sudor, a macho, de los trabajadores, choferes, cargadores e ingenieros, esas espaldas anchas del trabajo duro, nalgas firmes y pelo en pecho, las botas de trabajo y los overoles o uniformes, su desmadre de cabrones, y sus diálogos machistas, sexistas, siempre calientes. Sus manos ásperas y rudas, pero sobre todo, las ocasiones en que se calentaban y se animaban a tener sexo culposo, y luego como si nada.
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