domingo, 8 de julio de 2012

Cajero morboso y caliente


La Historia: Antes de comenzar a relatar la rica cogida que recibí el fín de semana pasado, quisiera comentar con ustedes algunos detalles previos.

Desde hace aproximadamente siete meses tuve la oportunidad de conocer a un cajero del Banco al que acudo con frecuencia… el tipo me impresionó desde la primera vez que lo ví… moreno claro, pelo relamido peinado completamente hacia atrás, cara redonda, con una barba delgada que le daba un aire brusco y cabroncito… sin bigote… alto, con un cuerpo fornido, buenas nalgas y lentes cuadrados modernos… el tipo era muy bello y estético… de esos tipos a los que les gusta la apariencia ruda… la primera vez lo ví sentado frente a mí apenas asomado en la ventanilla, su cuerpo quedaba tan solo a la imaginación… la segunda vez que lo ví, se levantó a preguntar alguna cosa a los demás cajeros y pude ver su buen formado cuerpo… mi boca comenzó a salivar y mi culo a pulsar… “que tipo tan rico”… hablaba en un tono ronco y masculino… ¿sería de los míos?...¿tal vez curioso?... lo que si me quedaba claro es que un tipo como él no podía ser pasivo… tenía toda la pinta de ser un activo caliente, brusco y cojelón… le pregunté su nombre… Simar, me dijo… ¿cómo?, le pregunté de nuevo… Simar, volvió a repetir… era la primera vez que había oído aquel nombre.

Cada vez que acudía al Banco, me hacía el menso en la fila para conseguir que me tocara con el susodicho cajero… sonreía al verme formado y me saludaba con familiaridad hasta que decidí a atacar… era un jueves cualquiera… aquel día me estacioné muy cerca de la salida del Banco y pacientemente esperé a que Simar saliera… pasadas las cinco de la tarde noté que salía del Banco… caminó por la acera hasta la esquina y dio vuelta a la izquierda para caminar seguramente un par de cuadras mas hasta la Avenida Insurgentes y tomar el transporte público correspondiente… arranqué mi automóvil y en cuestión de segundos estaba cerca de él… bajé la ventanilla y lo llamé… al verme, el cajero solamente sonrió… ¿quieres un aventón?, le ofrecí… él me miró y sonrió de nuevo… me preguntó ¿para donde vas?... yo contesté con una nueva pregunta ¿para donde vas tú?... el me dijo que hacia el Aeropuerto… vivía muy cerca de esa zona… te llevo, fue mi respuesta… Simar abrió la puerta y subió a mi coche… en unos segundos tuve a aquel bello muchacho sentado en el asiento del copiloto de mi Camioneta… subí los vidrios, y nos enfilamos por Insurgentes hacia el Viaducto y luego por dicha vía hacia el Aeropuerto… comenzamos a platicar vanalidades y poco a poco comencé a hacerle una serie de preguntas más interesantes.

El tipo no tenía novia, tenía 23 años de edad y había dejado de estudiar por cuestiones económicas… trabajaba para ahorrar un poco y poder seguir estudiando y así poder terminar su carrera de Contaduría… le gustaba el ejercicio y lo denotaba su buen trabajado cuerpo, el cual alabé disimuladamente… le dije “seguramente tendrás una fila de chavas que te siguen… tienes muy buen cuerpo”... no lo negó… solo sonrió… efectivamente tenía muchas chavas… ¿y que te las clavas a todas?, le pregunté, buscando adelantar un poco en la plática hacia los temas que me interesaban… el cajero sonrió y me dijo solamente “a las que se dejan”… la plática entró a un tema sin retorno… seguí indagando y el cajero me platicó algunas aventurillas… le gustaba cogerse duro a las chavas… hasta que gritaran… ¿y les das también por el chiquito?, le pregunté… Simar esbozó una sonrisa y me miró… “me gusta un chingo… es mi favorito”, me dijo… y agregó: “nunca he llegado a metérsela toda a una chava… con tan solo la punta gritan y dicen que les duele, que no la aguantan… pero se siente “lindo”, agregó.

No me había equivocado al hacer mi primer diagnóstico… un tipo caliente, brusco y cojelón… ahora venía el momento de la verdad… de romper el hielo… me descaré ante el cajero… no tuve que repetir la propuesta… una sola vez bastó… él me miró fijamente y solamente sonrió… era evidente que estaba familiarizado con el asunto… se acomodó la verga entre los pantalones y con una sonrisa en la boca me dijo en tono machista… ¿a poco le gusta el pulque con popote?... comenzamos a platicar sobre el asunto… me confesó que nunca siquiera se la había mamado un cabrón y mucho menos se había tirado a uno… que a él le gustaban solamente las chavas… había recibido algunas propuestas de chavos pero nunca las había aceptado… habían sido amigos suyos… algunos conocidos y la verdad es que no quería quemarse… en pocas palabras me dijo que no… luego añadió que le llamaba la atención el saber que se sentiría tirarse a un cabrón pero que por el momento no… no le latía.

Enseguida sucedió algo que avivó la llama que ante sus reiteradas negativas se había comenzado a apagar… se acomodó de nuevo la verga dentro de su pantalón y le pregunté ¿qué pasó… se te paró?... Simar sonrió y me dijo que si… ¿la quieres conocer?, me dijo… yo me sorprendí ante tal propuesta… “claro”, le respondí… aclaró que solamente me la enseñaba… no se valía tocar… acomodó sus pantalones… se abrió el cinturón… bajó la bragueta de su pantalón y sacó de su encierro una vergota… mis ojos no daban crédito de lo que veían… una vergota gorda y larga… con una cabeza que apenas se asomaba entre el prepucio… venuda… pellejuda… peluda… le dio un par de jalones ante mi vista… le bajó el cuerito y apareció ante mis ojos una cabeza rojiza e inflamada… el entorno era excitante… ¿qué te parece?... ¿te gusta?, me preguntó en tono burlón, con previa alevosía y ventaja… yo lo miré y le dije que tenia una vergota… Simar sonrió… “ya ves como las viejas no me dejan”, acotó.

Mientras yo manejaba por el Boulevard Aeropuerto, Simar siguió jugando lentamente con su verga hasta que alcanzó toda su erección… ¿qué te parece el dedo sin hueso?, me dijo en tono jocoso y moviendo su verga de arriba abajo… caray, una verga que mediría tal vez los 20 centímetros… una vergota… como pocas he visto en mi vida… solamente le dije “la tienes enorme… que bonita verga tienes”… el chavo dejó de jugar con su verga, la guardó entre su ropa interior y se acomodó de nuevo el pantalón junto con el cinturón y se fajó la camisa… habíamos llegado a la Colonia en donde el cajero vivía… me guió por unas obscuras calles y lo dejé en la puerta de su casa… nos despedimos de mano… el chavo me dio las gracias por el aventón y me dijo con una sonrisa en la boca “espero no tengas pesadillas por la noche”

No cabe duda que los hechos no me permitieron dormir plácidamente… todo el fín de semana estuve pensando efectivamente en el multicitado cajero del banco… desde que lo había conocido me pareció un tipo “encamable” pero ahora que sabía lo que cargaba entrepiernas, se convertiría en mi fantasía.

Mi rutina bancaria siguió como siempre… acudía al banco y esperaba turno para encontrarme con mi cajero “favorito”… Simar me veía y sonreía… nuestra plática era amena pero sobre temas sin importancia… en alguna ocasión me invitó para salir con unas chavas… insistía en presentarme a una amiga suya que estaba “muy rica”… aquella simple propuesta provocó en mí unos celos terribles… no cabía duda que el comentario de Simar estaba encaminado a decirme entrelíneas “voy salir con una chava a la que me cogeré como a ti te gustaría que te lo hiciera”… aquel día medité sobre el asunto… efectivamente hay fantasías que nunca se cumplen… en este caso tal vez nunca llegaría a tirarme a Simar… en mi cabeza retumbaban aquellas palabras que Simar me había dicho “le llamaba la atención el saber que se sentiría tirarse a un cabrón”… bueno, había que esperar… el tiempo todo lo corrige… esa intuición que los hombres tenemos me decía que en algún momento Simar acudiría a mí para quitarse la curiosidad.

Pasaron los meses y para mi sorpresa, en una de las veces en que acudí al banco y estando frente a Simar, éste me dijo: “como ve que me quieren cambiar de sucursal”… yo le dije que hablara con sus jefes para que lo dejaran en esa sucursal o que lo cambiaran a otra sucursal que quedara mas cerca de su casa, lo que sería en su propio beneficio… Simar acotó con un gesto de resignación: “yo creo que voy a renunciar y regresar a la Universidad”… ¿cómo lo ves?... yo no quise ahondar en el tema ya que no conocía mayores detalles… le dije a Simar que debía pensarlo bien para luego no arrepentirse y que si en algo le podía servir, le dejaba los datos de mi celular… Simar me vió con ojos tristes… me dio una ternura terrible… aquel hombrote rudo y fuerte, resignado ante una decisión que cambiaba todos sus planes… con una tímida sonrisa en la boca me miró y me dijo tuteándome “me gustaría platicar contigo”… yo lo miré y asentí ¿cuándo quieres que nos veamos?... Simar me dijo: “si puedes, hoy mismo”…. mentalmente repasé mis pendientes… era un viernes a media mañana… no había nada urgente y le dije que si… ese mismo día estaba bien… le dije “vengo por tí a las 5:00 y nos tomamos un cafecito”

A la hora indicada estaba afuera del banco y enseguida salió Simar, quien al verme soltó un soplido de alivio… subió a mi camioneta y nos encaminamos a tomar un café… me platicó los problemas que había tenido con el Gerente y todo lo relacionado con su cambio… él no estaba contento con el trabajo… volvió a comentar su deseo de regresar a la Universidad… yo lo animé ya que mientras mas se prepara una persona, mejores oportunidades laborales tiene… Simar me dijo “el problema es que todavía no junto para poder pagar todo el año”… lo miré y con un tono jocoso le dije “claro está… tu lana te la gastas cogiéndote chavas”… Simar sonrió… bueno… bueno, me dijo… “la calentura te lleva a hacer cosas fuera de los planes”… lo miré y le dije “entiendo”… para no hacer el cuento y la narración de la conversación más tediosa, Simar me pidió ayuda para que le “acompletara” para el pago de la inscripción en la Universidad… ¿de cuanto hablamos?, le pregunté… unos tres mil pesos, dijo tímidamente… se hizo el silencio en el auto… miré a Simar y le dije “¿no te parece mucho dinero?... me miró y con una sonrisa a flor de labios se acarició la verga por encima de sus pantalones… yo sonreí también y fui mas directo al decirle “¿qué pasó… ya te decidiste?”… Simar solo asintió con un movimiento de cabeza y me dijo “si me prestas la lana yo te doy la cogida que tanto quieres”… yo añadí en tono sarcástico… ¿ya se te antojó probar un chiquito de hombre?… Simar me miró con una sonrisa calenturienta en la boca y tocándose de nuevo la verga entre sus negros pantalones, me dijo que desde algunos meses tenía ganas de “dejármela ir toda”… en aquel momento le pregunté ¿qué propones?... el muchacho me dijo que andaba bien caliente… llevaba mas de 15 días de “nada de nada”… ¿si quieres te la doy rico?, me dijo… lo invité a mi departamento a tomar unos “drinks” y a ver que sucede, le dije… Simar aceptó gustoso.

Fuimos a mi departamento y ya instalados en el cuarto de televisión noté como los nervios entraban poco a poco en el cuerpo del cajero… le ofrecí algo de tomar y aceptó una cerveza… yo me serví un Gin & Tonic y nos pusimos a platicar… la plática hizo que Simar se excitara y al poco tiempo comenzó a acomodarse la verga por entre sus pantalones… ¿por qué no me la enseñas otra vez?, le propuse… Simar se levantó del sofá y se acomodó la verga entre su pantalón… la apretó entre sus manos y me dijo ¿qué te parece?... el pantalón se había abultado… un buen pedazo de carne corría desde su entrepierna y bajaba por su pierna izquierda… Simar procedió a abrir el zipper del pantalón y sacó aquella verga que ya había descrito anteriormente… la tomó con su mano derecha, le dio un par de buenos jalones, bajó el cuerito que le cubría el glande y apareció una cabeza inflamada de cuya punta salía una gota de transparente semen… Simar me dijo "chúpamela toda"… se acercó al asiento en donde yo estaba sentado y con su verga apuntando a mi entreceja, yo solamente abrí la boca y comencé a chupar aquel rico instrumento… succioné su cabezota y le arranqué un primer gemido… saqué aquella rica verga y mis labios lamieron los tiesos pelos negros situados alrededor del tronco de su verga… lamí el tronco y seguí con mi lengua cada una de sus venas… le dí un besito tierno en la mera puntita y le pedí a Simar que se sentara.

Yo me levanté y fui a mi cuarto para buscar mi regla flexible y poder medir aquel bello instrumento… es prescripción médica… uno debe de medirse en todo lo que come… yo por eso mido todo lo que me como… tomé la verga erecta de Simar y la medí… 19 centímetros de largo… 14 centímetros de ancho, en su circunferencia… una “vergota”… “la tienes enorme”, repetí… ¿es la mas grande que te has comido?, preguntó dudoso… yo lo miré y sonreí… mentí… “si… si es la mas grande y por mucho”… “me la vas a tener que dar muy despacio”… noté como Simar sonrió y sopló… sentado en el sofá y yo hincado entre sus piernas, comencé a mamarle de nuevo la verga…comencé a chuparle solamente la cabeza… la lamí en movimientos circulares, metiéndola y sacándola de mi boca, luego con mi lengua, recorrí su tronco lleno de venas y hasta llegar a su base y lentamente volví a su cabeza… con mi mano derecha toqué sus huevos y los apreté tiernamente… me metí lo que pude de verga a la boca… su cabeza tocó mis amígdalas… Simar apretó mi cabeza contra su verga tratando de que me entrara toda pero fue imposible… comenzó a gemir mientras yo subía y bajaba mi boca por su verga… lentamente la mamaba en toda su extensión.. mis manos llegaron a la base de su verga y comencé a mamar con mayor fuerza… Simar solo gemía Ahhhhhhh!. Mmmmmm… Ahhhhhhh!... que rico…. Su verga se hunde en mi boca y mi lengua sigue moviéndose alrededor del grueso tronco de su verga… siento como Simar comienza a gemir con mayor fuerza y yo saco su verga de mi boca.

Simar me mira y me dice “que rico la mamas cabrón…”… ¿cómo vas?, le pregunté… el cajero contestó que estaba apunto de venirse… le pedí entonces que me diera su leche en el culo… quería sentir su leche llenando todos mis intestinos… quería que derramara sus 15 días de abstinencia justo dentro de mi culo… Simar me miró en tono intrigado ¿quieres que te la meta sin condón?... no quiero que me cojas… solo apúntame la cabeza de tu verga en el culo y te la jalas tantito… cuando te vayas a venir solo me metes la cabeza de tu verga para dejarme toda tu leche dentro… solo la cabecita… Simar sopló y dijo ¿quieres que te llene el culo con mi leche“… si… si… dámela dentro del culo, le dije… Simar sopló y dijo “está rico”

El cajero tomó su enorme verga entre las manos y se levantó del asiento… aquella verga no había perdido erección… estaba dura como una piedra… se tambaleaba hacia abajo debido a la fuerza de la gravedad… le pedí que fuéramos a mi recámara… lo tomé de la verga de elefantito y caminamos de la sala a mi recámara… prendí la lámpara del buró… Simar se recostó en la cama y se acomodó entre las almohadas… yo me quité los pantalones y le enseñé mis nalgas y mi peludo culo… al verlo, Simar me dijo “tienes un culo bien rico”… me recosté en la cama y levanté mis piernas, dejando mi culito al aire… me puse un poco de lubricante en la zona de entrada de mi culo… en la cabeza de la verga de Simar puse otro tanto de lubricante… acomodé una de las almohadas debajo de mi coxis para levantar un poco más la zona de mis nalgas… el cajero se acomodó entre mis piernas… me pidió que tomara mis piernas con las manos y las levantara lo más que pudiera, dejando libre el camino hacia la gloria.

Acomodó su verga entre mis nalgas y sentí como su cabeza tocó mis primeros pliegues… mi culito ardía de placer y pulsaba invitando a entrar en él… Simar comenzó a jugar con la cabeza de su verga en la entrada de mi culo… esparcía todo el lubricante que tenía en la punta de su verga sobre esa delicada zona… yo lo veía de frente… su mirada estaba clavada en su verga y mi apretado agujero… el cajero solo soplaba… yo me retorcía diciéndole “que rico papi… dame tu leche dentro del culo”, le exigía… Simar frotaba la cabeza de su verga contra mi culo que pedía a gritos ser penetrado… noté como la excitación subía en el cuerpo de Simar… cerraba los ojos y se relamía los labios… “te la voy a meter tantito”, me dijo, dando un fuerte soplido… sentí como su cabeza entró en mi culo, rompiendo todo lo que estaba a su alcance… grité de dolor… me estaba rompiendo el culo… aquella gruesa verga lo abarcaba todo… Simar siguió presionando… “solo la cabeza, le dije”… Simar no escuchó y metió por lo menos la mitad de su gruesa verga… se movió lentamente… adentro y afuera… yo apreté los músculos del culo y entonces el cajero gimió fuertemente… sopló como un toro en brama… su mirada perdida anticipaba que la venida estaba próxima.

Dejó de moverse y apreté de nuevo los músculos del culo y le arranqué un fuerte grito justo cuando comenzó a venirse dentro de mi ser… metió su verga de un solo golpe… yo grité del dolor al sentir su verga hasta mis intestinos… comenzó a meter y sacar su verga fuertemente mientras se vaciaba dentro de mi ser… una sensación de humedad invadía mi recto… el cajero gemía sin control… mi culo apretaba y exprimía cada uno de sus lechazos… el cuarto se llenó de gritos y sonidos guturales… “me estoy viniendo”, dijo Simar con los labios apretados y la mirada perdida… “dámelos en el culo… quiero tu leche… dame tu leche”, le decía yo con voz entrecortada por el placer y entre gemidos… sus mecos llegaban hasta lo mas profundo de mi ano… mi culito pulsaba con cada lechazo y embestida del cajero… tenía dentro del culo toda su verga y se sentía tan dura como un palo de escoba… Simar terminó de venirse, abrió los ojos y sonrió al verme postrado entre él… volteo a ver su verga todavía dentro de mi culo… “te la tragaste toda”, me dijo con una amplia sonrisa… “no mames cabrón… te tragaste todos mis mocos… te llene el culo de leche”, cerrando los ojos como no creyendo lo que había hecho… lentamente sacó su verga hasta que se destapó la cañería… su verga salió limpia… brillosa… rojiza… yo lo veía de frente.
Su mirada estaba clavada en mi culo… mi culo quedó totalmente distendido… comencé a pujar lentamente y con un pequeño pedito saqué las primeras gotas de su blanca leche… sentía como por dentro me recorrían sus mecos… apreté el culo para impedir manchar mis sábanas… Simar se reía al ver como de mi culo pulsante salía un poco de su pastosa leche… ¿cómo te veniste?, le pregunté… Simar me miró y sonrió… me confirmó que nunca lo había hecho… nunca se había venido dentro de una chava ni mucho menos dentro de un culito… ¡estuvo bueno!, me dijo… antes de que comenzaran sus dudas lo tranquilicé al decirle “estoy limpio”… “hace apenas diez días que me hice una prueba de enfermedades de transmisión sexual y salí limpio”… “no hay nada de que preocuparse”… Simar sonrió y me dijo “yo también estoy limpio, nunca lo he hecho sin condón y en la Banco hace unos meses me hicieron una prueba muy completa… pero no mames cabrón… que chingón se siente el culo… te aventé todos mis mocos dentro del culo”… el culo me había quedado húmedo… una humedad placentera… mi culo pulsaba tratando de regresar a la normalidad… la verga de Simar perdía fuerza y su rojiza cabeza se ocultó parcialmente en el prepucio.

Simar se levantó de la cama y entró en el baño… oí como se abría la llave de la regadera… yo comencé a reír de nervios… nervios por haber hecho lo que antes narre… algo que siempre había fantaseado pero que no me había atrevido a hacer… ¿qué fue lo que me impulsó a pedirle semejante favor al cajero?... no era momento de entrar en pensamientos muy profundos… la realidad era que mi culo gorgoreaba como un gorrión recién nacido… sentía como la leche del muchacho quería salir… con otro ligero pedito saqué otro tanto de leche… ahora mas cantidad… distendí el culo y dejé que la leche del muchacho fluyera… su leche comenzó a resbalar entre mis piernas… me sentía lleno y satisfecho… toque mi culo que estaba muy sensible… me habían penetrado por algo menos que un par de minutos pero mi culo había recibido una gruesa y larga verga, además de un premio aún mayor, los 15 días de leche guardada por el cajero… me levante de la cama y me desnudé por completo-

Alcancé a Simar en el baño… él estaba dentro de la regadera… al verme sonrió nerviosamente… me metí a la regadera y le dije “estoy chorreando toda tu leche”… el me miró y me dijo “ahí la querías ¿no?”… comencé a enjabonarme… yo admiraba su verga colgante entre sus piernas con su cabeza completamente cubierta por un largo cuerito de carne… era una verga morena… mucho más morena que el resto de su cuerpo… suave al tacto, larga y gruesa… estaba dormida… dormida después de la tremenda mamada que le había dado… ¿te la puedo tocar?, le pregunté, pidiendo permiso… se que en esos momentos los hombres somos muy especiales… hay algunos que no les gusta ni siquiera un roce… otros mas calientes, están preparados para una segunda ronda… Simar me dijo que sí… comencé a chaquetear aquella rica verga, la cual comenzó a ganar grosor… ¿quieres cogerme otra vez?, le pregunté… el cajero sonrió y me dijo que si… salimos de la regadera y cada uno se secó… Simar puso mucho empeño en secar perfectamente su verga y sus vellos púbicos… aquella verga había despertado… yo la miré y no tuve más que decirle “que buena verga tienes”

Simar sonrió… ya me había platicado que alguna chava le había dicho algo similar… tomé su verga entre mis manos y comencé a chaquetearla… su verga respondió rápidamente y comenzó a ponerse dura… se asomó su cabezota rojiza e inflamada… me hinqué ante él poniendo su verga enfrente de mis ojos… la apunté hacia mi nariz haciendo que mis ojos hicieran un bizco al mirarla… no pude más y acerqué mi lengua a su cabezota, lamiéndola y haciendo círculos con ella… Simar suspiró… limpié las gotitas de semen que tenía en la punta… su sabor era delicioso… mi lengua lamió toda su verga de arriba abajo… paré un momento para decirle “que rica verga tienes cabrón”

Simar me había puesto una mano en la nuca e intentaba que yo me la metiera a la boca, pero por ahora quería disfrutar el lamer su tronco… levanté su verga y me dirigí a sus huevos… comencé a lamerlos, metiéndomelos en la boca y succionando su bolsita… mi lengua jugaba con los pelos que circundaban sus grandes huevos… los dos estábamos en el cuarto de baño… Simar me levantó la cabeza y me pidió que fuéramos a la cama… el cajero se recostó en la cama dejando que yo siguiera lamiendo sus huevos y luego poco a poco bajé hasta los pliegues de su ano… él me confesó que solamente una vez le habían mamado el culo y que le había gustado un chingo… ¿me dejas mamártelo?, le pregunté… Simar sopló y me dijo "chúpamelo”… alzó sus piernas como una mujer pariendo y mi lengua comenzó a jugar con los pliegues de su culo… un culito peludo y muy sabroso… me dejé de sutilezas y comencé a mamarle el culo como la experiencia me da a entender… mi lengua apretaba la entrada de su ano buscando penetrarlo… mis labios lo besaban… sus pelos anales quedaron mojados de mi saliva… Simar gemía y se movía como un loco… soplaba y gemía… yo me estaba comiendo uno de los mejores culos que hasta la fecha había probado… mi lengua iba y venía… el cajero se retorcía… de repente me pidió que parara… no quería venirse… dejé que el muchacho descansara un poco al tiempo que bajó sus piernas dejándome ver aquella verga que estaba en todo su esplendor… repetí “que rica verga tienes cabrón”

Simar sonrió y agradeció el cumplido… el cajero me dijo ¿por qué no te sientas en ella y te la clavas?... le puse lubricante en la punta de su verga la cual quedó brillosita y entonces me senté primero en su abdomen, viéndolo a él de frente y luego me puse en cuclillas para que el propio Simar pudiera acomodar su verga entre mis nalgas… Yo era el chofer guía y cuando sentí que la punta de su verga tocaba mi ano se lo comuniqué… el cajero solo dijo: “ya está… siéntate”… yo me senté lentamente y sentí enseguida como la verga del muchacho entró en mi ser… mi culo se abrió con algo de dolor… lentamente me clavé toda su verga hasta el fondo… una vez que mis nalgas llegaron a tocar la base de su verga, le pregunté ¿qué sientes?… Simar me dijo que sentía apretadísimo y caliente… siento que me quema… siento que pulsa… se siente de poca madre… fue sincero y me dijo “que rico es coger por el culo”… ponte flojito y puja de nuevo… yo por mi parte puedo decirles que culo me ardía… sentía una verga dura y caliente dentro de mi ser… una verga que pulsaba… una verga que rompía todo lo que se encontrara en su camino… el cajero comenzó a moverse.

Metía y sacaba lentamente su verga… entra y sale… arriba y abajo… sentadillas… me volví loco… no apreté mi culo… lo relajé… su verga entraba hasta mis intestinos… miré a Simar y le dije sin control “rómpeme el culo”… Simar sonrió y me dijo “te la voy a dar chingón”… yo comencé a gemir y soplar… él hizo lo propio y entre gemidos, gritos y demás ruidos guturales, acompañados por el rechinar de la cama, comenzó a meterla y a sacarla rítmicamente… un escalofrío de placer empezó a recorrerme…. si, un extremo placer me recorría todo… yo gemía y le decía "asiiiiii, dámela… más adentroooo… dámela toda", empecé a rogarle, mientras mi culo se alzaba en busca de cada embestida de su morena verga… el placer era indescriptible… tenía dentro de mi culo 19 centímetros de gruesa verga… un vergón… la piel caliente de su verga tocando con mis entrañas… su dura verga abriéndome el culo de par en par… sentía como me llenaba por entero el culo… como mi ano estaba abierto en toda su extensión… mi culito era todo suyo… abrí los ojos y le ví la cara… tenía los ojos cerrados, se mordía los labios con los dientes y soplaba.

Era un animal furioso… la mandíbula apretada… abrió los ojos y sonrió… me dijo "te la estás tragando toda…,¿te gusta mi verga?, ¿te gusta que te la meta?"… al momento en que me dio una nalgada… yo gemí y respondí: “siiiii… dámela papi… “así paaapi… que riiiico…. que riiiico coges paaaapi…”…. sus embestidas eran salvajes… su verga entraba y salía sin oposición alguna… yo distendía el culo para que me penetrara más adentro… oía sus huevos chocar conmigo, sentía el vello de sus muslos rozarme… yo me agaché un poco y lo abracé… ya no pude más y empecé a gritar de gusto, a retorcerme… mi culo pulsaba…Simar lo notó y aceleró aún más su embestidas, que se hicieron más brutales, de auténtico animal… arqueé mi espalda con lo que entró dentro de mí ser cada milímetro de su gruesa verga… comencé a venirme sin siquiera tocarme… mi culo comenzó a pulsar acompañando cada uno de mis lechazos… todos ellos cayeron en el estómago del cajero… derramé hasta la última gota de leche que brotó de mis huevos… aullaba de gusto mientras mi ano sufría espasmos apretándose a la verga del muchacho que gemía de forma incontrolada-

Sus movimientos eran apresurados y noté que comenzó a venirse justo al momento en que gimió fuertemente… las paredes de mi intestino delgado sintieron la humedad de su leche… largos y espesos chorros de leche recorrían mis entrañas… sus gemidos seguramente se oían en todo el edificio…"aaahhhhhh, oooooohhhhh... mi culito recibió aquellos largos y espesos chorros de leche… una intensa humedad recorrió mi cuerpo… se estaba vaciando dentro de mi ser… el cajero gritaba y gemía sin control… yo volvía a decirle: "dámela toda… toda tu leche… dámela paaapi… que riiiico…. que rica leche”… apreté el culo lo más que puse ordeñandole la verga y sacándole hasta la última gota de fresca lechita… su venida fue sensacional… dejó de moverse y sacó lentamente su verga de mi apretado esfínter… había descargado toda su leche dentro de mi ser… por segunda vez me había dejado el culo lleno de leche… aquella gran cantidad de leche buscaba salida por mi “puerta trasera”

Poco a poco aquella leche comenzó a escurrir lentamente del culo… yo me puse de cuclillas en la cama, con una toalla debajo para que cayera toda tu leche… comencé a mamarle la verga… la sensación era sublime… una verga recién ordeñada en mi boca y mi culo escurriendo sus mecos… al verme ahí rendido… con el culo abierto y chorreando tus mocos, dijiste: “que chingón es coger por el culo”… el culo me había quedado húmedo… una humedad placentera… mi culo pulsaba mientras terminé de limpiarle la verga que había perdido fuerza y se ocultó, asomando una cabecita rojiza y brillante, un poco irritada… Simar se acomodó en la cama y se cubrió con la colcha… yo me levante al baño con el ano dolorido… la satisfacción de sentirme cogido por un hombrote como lo era el cajero ocultaba cualquier dolor… aquella noche fue sensacional… ambos dormimos abrazados en la misma cama… de mi culo escurrían todavía las últimas gotas de su leche…




1 comentario:

  1. que rico que te cojan asi!! quisiera una verga asi gruesa me rompa el culo y me llene de lechita!
    escribanme a chaser4topbear@outlook.com

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