sábado, 3 de noviembre de 2012

Rompiendo culitos, todo queda en famillia

En fin, una de tantas tardes andaba super caliente, me fui al cine porno,  era temprano, había poca gente, me sente, saque la verga y me masturbaba quitado de la pena, sin buscar a alguien. Después de los primeros minutos se sentó cerca de mí un señor como de 50 años, alto, de brazos peludos, bigotón, me gustó, pero no le hice jale, se veía muy varonil y seguramente sólo quería jalársela viéndome. Se acercó más, hasta quedar junto a mí, se sacó su pene, bastante grande, casi del largo del mío, pero más grueso. Estiré mi mano, se dejo tocar, se la jale unas pocas veces y ya, retiré mi mano; él con más confianza estiró su mano me agarró el pene y comenzó a jalarlo, y de repente se agacha, se coloca de rodillas y a la boca.

Noté su torpeza, no era buen mamador, después me confesó que, antes sólo lo había intentado un par de ocasiones. Yo estaba muy caliente y en ese momento sólo quería ahogar de verga esa boca, tomé su cabeza y con fuerza la empuje hacia abajo y mi pelvis hacia arriba. Sentí su resistencia, como mi verga abría a la fuerza esa boca y garganta, pensé que después de esto se levantaría y se iría, comenzó a toser, casi lo ahogaba, le dieron un par de arcadas. Y para mi buena sorpresa, se quedo tosiendo y con la boca abierta cerca de mi durísima pistola. Lo tomé del pelo y lo obligue a tragárselo de nuevo. No podía, por más que se dejaba, meterle más de la mitad, pero esa sumisión al daño que le hacía con mi mástil me encantaba.

Después de unos 15 minutos concentrado en la violación de su boca y garganta comencé a echarle los mecos, me salen bastantes tiros, espesos y fuertes de pura leche, lo obligue a tragárselos. Se limpió la cara, se sentó a un lado, se jaló un poco, pero con violencia su pene y disparó su leche con fuerza. Su respiración se había alterado mucho, poco a poco se relajó y se acomodo la ropa. Comenzamos a charlar, me comentó que era dueño de unas bodegas comerciales, que siempre había sido cargador, y en su juventud jugó basquet, por eso su cuerpo ancho y macizo, además de bigotón y de brazos peludos, me dijo que así estaba todo su cuerpo, de nombre Gregorio, viudo, con dos hijos y una hija, adolescentes.

Intercambiamos teléfonos, correos-e, y nos despedimos, quedamos de vernos una tarde en el cine, y no llegó, se comunicó que no podía ir tenía problemas con uno de sus hijos. Me dediqué a buscar con quien desquitarme en el cine, y ndie me gustó, puras jotitas o viejos sucios que ni siquiera se bañan. Me senté varias veces, me la saqué, me la jale y nada, no quería terminar así, tenía muchas ganas de entrar en un hoyito húmedo. Me salí del cine cerca de las 7 de la tarde, y al llegar a mi casa, en la entrada estaba Fanny, temblaba y se notaba que había llorado mucho. Le pregunté si tenía algún problema o podía ayudarla, se abalanzó a mi pecho, me abrazó con fuerza, comenzó a llorar y temblar, instintivamente la abrace y acaricié su cabecita.

La hice pasar, la senté en uno de los sofas y le ofrecí algo de beber,  me pidió una Fanta, en mi casa sólo tenía cerveza, vodka, vino, agua y Coca Cola, me aceptó un vaso de agua, se relajó y dijo que no quería llegar así a su casa, le dije que no había problema que se tomara su tiempo, y si quería contarme yo era todo oidos y si no, de cualquier forma estaba bien, que la acompañaría hasta su casa. Se acabó el agua, ya más repuesta me dijo que venía de una fiesta, que un tipo con el que se estuvo besando y acariciando, quería tener sexo con ella, hasta le enseñó el pene y ella le dio unos besitos y ya, le pregunté si en algún momento el chico quiso obligarla y dijo que no, le pregunté si no le gustaba el chico, y dijo que sí, me dijo su nombre, Darío, del equipo de basquet, peludo como pocos.

Y con toda la intención de sacarle información de ese chico, con curiosidad y calentura le pregunté si le había dado miedo el tamaño del pene de él o porque no se había animado a más, qué cual era su miedo, me dijo que primero ella virgen, pero no sabía si el pene de Darío era grande o normal, o pequeño pues no había visto ninguno de verdad, yo escuchaba muy atento, sentado cerca de ella, y de imaginar a Darío super caliente con la verga parada y a ella besando ese pene, me calenté, con toda intención me acomodé para qe viera cómo se marcaba el bulto y tomé un de sus manos, la puse en mi pierna y le pregunté que si ella querría ver otra verga y abrió los ojos enormes, se sacó mucho de onda, se me quedo viendo, luego a la entrepierna, yo andaba calientísimo desde el cine.

Estiró su mano y la acarició y la retiró rápido, y dijo que cuando se despedía con el agarrón que me daba, no se sentía tan dura, ya más decidido me levanté, saqué mi pene y se lo mostré, quedo a la altura de su rostro, abrió los ojos y subió su mirada, estaba muda, bajo sus ojos a mi pene, y con una mano guié su cabeza a mi verga que estaba durísima, ella instintivamente abrió su boquita, pero apenas y podía mamar la punta, la cabezona. Eso me calentó más una pequeña boquita tratando de albergar este palote. Comencé a desnudarme, la levanté y pegué a mi peludo pecho, ella temblaba, pero estaba entregada, decidida a todo. La desnudé lento, la bese en todas partes, gemía y respiraba pausadamente.

Completamente desnudos, frente a frente le dije suavemente al oido, si tienes miedo o crees que te puedo lastimar, sólo puedes masturbarme y ya, tomó con sus manitas mi pene, no podían cubrirlo todo, viéndolo fijamente uno instantes, subió su mirada y me lo apretó,  dijo, hazme lo que quieras,  tomé su pequeño, virginal y frágil cuerpo en mis brazos, la llevé a la cama, la aventé y comencé a lamerle su puchita, sólo por encima, para ensalivarla, me levanté, tomé un lubricante y le eche mucho, me puse en mi pene, se lo coloque a la entrada, era excitante ver su pequeña vagina y mi enorme pene, me calentaba más ver la desproporción, le tape la boca con una de mis manotas y se la deje ir hasta a mitad.

Fue delicioso sentir como entraba a fuerza, con violencia, abriendo toda su panochita, ella gritó de dolor, y eso me prendió más, se la metí más, cais al fondo, se sentía super apretadita, volvió a gritar, y cuando le deje ir los últimos centímetros, me mordió la mano. Le di una fuerte cachetada, y comence un violento mete y saca, vi como se embarraba de sangre mi pene, se lo enterré lo más fuerte que pude y me vacíe dentro de ella. No se la saque hasta después de minutos que tardó en bajarse, se safó mi pene, con un sonido similar a un beso, y me asomé, vi como escurría sangre y mucha leche mezclados. La lleve al baño, la bañe, la acaricié completa y al tocar su hoyito y sacar con mis dedos mi semen, se me volvió a parar y ahí mismo la volví a empalar, pero esta vez desde atrás ataque su panochita, otra vez lloró y la lastime fuertemente,  le tuve que tapar la boca y acabe dentro de ella, terminamos de bañarnos la lleve cerca de su casa, pero antes pasamos por una farmacia para comprar pastillas de emergencia.

Al otro día, temprano, Gregorio me habló, que tenía muchas ganas de verga, que si me lanzaba a una de sus bodegas, que estaba sola y podíamos follar. En cuanto terminaron las clases  me fui de volada. No vi a Tifanny en clases, le llame y me dijo que estaba bien, pero que había quedado muy adolorida, con las piernas temblorosas y las pastillas de emergencia la habían hecho sentir un poco de mareos y ganas de vomitar, pero que estaba muy tranquila y relajada, antes de colgar dijo, gracias por lo de ayer, eres la onda.

Al llegar a la bodega de Gregorio, él ya estaba esperándome, en cuanti me vio se abalanzó sobre mí, me abrazo, se arrodilló y abrió la boca, tomé su cabeza y con furia comencé a cogerlo por boca, me exictaba ver a ese cabronzote arrodillado, mamando, siendo violado por la boca. Después de un rato provocándole arcadas, le dije si me dejaraba metérselo y dijo que luego, que le dabe miedo mi verga y nunca había sido penetrado. Lo convencí, le pedí confianza, le masajié ese culo peludo, le puse mucho lubricante, con cuidado le metí un dedo, lentamente, luego de un rato fueron dos y casi media hora después de comenzar con el dedeo ya eran tres dedotes los que entraban sin dificultad en su ano. Saque la mano, lo empine de rodillas y codos al piso, le apunte mi verga y de un solo golpe se la deje ir, pujo fuerte pero no se quejo, no lo lastime, pero cuando comencé a bombear ese peludo culo, de nalgas fuertes y afiladas, de macho le di con fuerza.

Me dijo que no quería que le echara la leche dentro, y le di un par de nalgadas, le agarre con fuerza el cabello, me acerque a su oido y le dije, te la tragas por el culo o por la boca, si no me voy, y le saque la verga, y levante del piso, y dijo en donde quieras, dámela, me arrodille se la clave y me vacié dentro de esas nalgas de locura. Trate de sacársela y parecía que como a los perros, nos habíamos quedado pegados, espere un poco más a que se me bajara y le pedí relajara el culo, y no, tuvimos que esperar un poco, hasta que se chispó sola, ya flacida. Quedamos de vernos hasta el fin de semana.

Yo siempre ando caliente, hasta pense que podría penetrar nuevamente a Fanny al terminar las clases pero ella no fue en los siguientes días, me dijo que había quedado muy lastimada y había ido al ginecólogo, y la revisó y la cuestionó mucho si había sido violada por varios tipos, ella dijo que no, que había sido ella sola, con un dildo que usaba por primera vez y no supo usarlo y se lastimó. Fue con una tía, 4 años mayor que ella, a la que le dijo lo mismo que al doctor.

Me resigne a no tener sexo ese día, al terminar las clases me iría a mi casa a descansar y jalarmela con videos  o relatos porno, de camino pasé a un centro comercial y de ahí a los baños, sin intención de ligar nada, y cual fue mi sorpresa que en un cubículo estaba una pareja en pleno sexo oral. No me intereso el asunto, me hice e que no oyó nada, y me lavé las manos, por el espejo vi como se bría lento la puerta y pude ver a un hombre de mi edad que tenía a un jovencito mamándole la verga, me acerque a ver y era un chamaco bastante experto y el tipo gozaba esa mamada. Me calenté y me saque la verga, y el chamaco de inmediato comenzó a mamármela, oimos que se acercaban personas al baño y me saí del cubículo, me coloque en los mingitorios y la pareja cerró la puerta.

A mi lado llegó un chamaco, no mayor de 19, tal y como no me gustan, jovencito, de rostro lindo, pelo largo, y delgadito, de reojo vio mi verga, que la tenía erecta y de puro vacilón la agite y le pregunte ¿te gusta? y el muy cabrón dijo, sí pero tú no. Ok le dije, sólo chupámela y cierras los ojos, a mí tampoco me gustan los mariconcitos. Se me quedo viendo a los ojos y dijo, pero aquí no, invitame a otro lugar, lo lleve a mi casa, todo fue muy mecánico, me quite la ropa, el la suya, me acosté en la cama, comenzó a mamar, le echaba ganas pero no sabía, no podía, y paró un momento, y dijo, es más grande de lo que pensé, la tienes bien rica, no le dije nada, tome su cabeza y lo puse a mamar, le dije que abriera bien la boca, que al ir hacia abajo debe procurar abrirla más, no cerrarla, y sólo al sacarla debe ir cerrándola. Al  hacerme caso comenzó a metérsela más profundo pero no podía hacerlo como me gusta.

Lo paré de mamar, lo gire y le puse lubricante entre sus nalguitas y al tocar su hoyito se quedo tieso, tenso, y dijo, no, mejor no, mejor te la sigo mamando, y le dije OK, continuo mamando, y termine en su boquita. Lo bese y compartimos un poco de mis mecos, se metió a bañar, lo seguí y le ayude a enjabonarse y tocarlo me paró la verga, y quise penetrarlo y no se dejo, entonces puse mi pene entre sus piernas, lo abrace por atrás y simulaba una cogida, por delante con su manos acariciaba mi pene y me vien entre sus piernas. Nos despedimos y no intercambiamos teléfonos ni nombres.

El fin de semana pude reunirme con Gregorio, nos quedamos en mi casa, hicimos de todo, todo el fin, en una las charlas me platicó que desde que quedo viudo, no le habían interesado ya las mujeres, pero tampoco los hombres, hasta que un día, en una de sus bodegas, atraido por los ruidos y la curiosidad, vio a escondidas, como uno de sus trabajadores, apodado el burro, se clavaba a un chaval, bueno, no se clavaba, violaba a un chico menor de edad. El burro tiene 24 centímetros de una gruesa verga, es de Veracruz, y al chavito que violaba, tenía 17, le tapaba la boca y aunque sólo le clavaba la mitad el chico lloraba, pujaba y trataba de gritar, pero el burro lo tenía bien agarrado y le tapaba la boca. Gregorio me dijo que fue tanta la excitación que no se le ocurrío intervenir para ayudar al chico, mejor se sacó la verga y comenzó a jalársela, se vido muy rápido y siguió viendo el esfuerzo inútil del chico por safarse de la ensartada del burro. Cuando termino dentro del chico, se levantó se subió los pantalones, dejándose la verga muy sucia y al chico tirado en el piso y le dijo, si dices algo de esto a alguien, me chingo a tu hermana. Hasta ahí, Gregorio se dio cuenta que el chaval era uno de sus hijos. Fue el problema que tuvo por el que no pudimos vernos.

El lunes, en la escuela apareció Fanny, radiante, sonriente, y con mayor seguridad, se comportó muy discreta conmigo, y como siempre, al final se acercó a despedirse y me dio mi agarrón de verga, y me dijo, la tuya es más grande, se fue, por que ya la esperaba Darío el basquetbolista, que quería hablar con ella y disculparse por lo de la fiesta. Al ver a ese cabrón e imaginarme como se vería encima de Fanny me calenté, recordando mi verga forzando el tamaño de esa panochita casi infantil. Me fui con esas ideas calientes en la cabeza, me acordé del jovencito mamador, del culo peludo de Gregorio, y comencé a jalármela y termine en un fuerte orgasmo al imaginarme al burro, violando al chavillo.

Gregorio cumpliría 50 años y 35 de bodeguero, por lo que haría una gran fiesta y me invito a festejar en grande en una des bodegas en donde habría mucho alcohol, comida y baile. No pude llegar temprano, tuve un curso de capacitación obligatorio por parte del sindicato, por lo que al avisarle con tiempo, me dijo que no no había problema, que la fiesta seguiría en su casa, con varios de sus amigos, y que si me quedaba al final, cogeríamos juntos en su habitación. Llegue con ganas de chingarme ese culito de cabrón, en su propia casa.

Llegue y me abrió la puerta una linda chica, con un vestido provocativo y no lo podía creer, era  Fanny, le pregunté que si ella era vecina de Gregorio, pues el día que la deje cerca de su casa fue por esa zona, y me dijo que no que era su hija, y me preguntó que de dónde conocía a su papá; él llego por atrás de ella y le dijo, porque hace años jugamos basquet juntos, y tú de dónde lo conoces, y ella contestó es mi profesor en la secundaria. Y los tres nos abrazamos y pasamos a la sala, me senté y me sentía algo incómodo al ver al papá de vez en cuando y a la hija. En un momento de la fiesta fui al baño y había fila para pasar, y en un momento pasaban de dos en dos a orinar, y cuando pase, iba a cerrar la puerta y en eso un chico aventó la puerta y se dirigió rápido a la taza y dijo, ya me urge y no hay pedo, ¿no?. Qué podía decirle si ya esgtaba orinando, procedí a acercarme y orinar también, y cuando me fije, era el niño de la cara linda que sólo me me mamó la verga en mi casa, nos vimos y dijo, que buena onda, que haces aquí, ¿de quién eres amigo, de mi papá? Le dije que sí, y dijo, mira que chiquito es el mundo, está chido, y ya sabes no me gustas, pero te la volvería a mamar, y se salió. Pensé bendita juventud, cero pedos, 100 por ciento práctica.

Salí, me senté en aquella sala y pensaba en mi situación, me he clavado al papá, a la hija y al hijo, a los tres me los clave, wow, que coincidencia, esto es rarísimo, etcétera, etcétera de ideas que daban vueltas y vueltas en mi cabeza, en esas estaba cuando apareció Gregorio y me presentó a varios de sus trabajadores más cercanos. Al final de la fiesta, no me sentí con confianza de quedarme, pero Gregorio insistió mucho, me quede, con él en su habitación, se desvitió y se empinó de inmediato y me dijo, me urge una verguiza, me desnude, le puse un poco de saliva en su anito peludo, y de un solo chingadazo se la clave, me dolió mi cabezona y el respingó, mordió con fuerza una almohada para no gritar, y le deje ir el resto, mordió intensamente la almohada. Comence un fuerte mete y saca, veía como lo había lastimado de su culito, y al final cuando me vacíe en él, y descansamos, me enseño un poco de sangre en la almohada, fue de la mordida tan fuerte que le dio, que se lastimó un diente.

Dormimos, en la madrugada, y desperte como a las 11 de la mañana, salí al baño, y estaba orinando con la verga medio erecta cuando apareció Fanny en ropa interior, me tomó de la mano y me dirigió a su habitación, y me dijo, ahora dame por el culito, como a mi papá anoche, ¡¿quéeee?! que dijiste?. Anoche vi todo, vi como clavabas a mi papá quiero sentir lo mismo, no como crees lo lastimé mucho,  – como a mí cuando lo hicimos en tu casa – no, es diferente – en qué – es que por el culo es más doloroso todavía que por delante – no lo sé – a mi me dolió mucho cuando me clavaste pero me encantó, todo ese dolor con placer – fuiste el primero por delante y ahora quiero que seas el primero por atrás – sus palabras rebotaban en mi cabeza y mi verga se levantaba poco a poco hasta que oí la voz de Gregorio atrás de mí, rompéselo de una vez, es muy necia y va a insisitir hasta conseguirlo.

Giré mi cabeza y ahí estaba con la verga bien parada y desnudo Gregorio, avanzó y le dijo a su hija empínate en la cama, se acercó a mi se arrodilló y comenzó a mamar con violencia, se me paró completamente, se levantó y me acercó a la cama, chingátela, clavasela fuerte. la perspectiva de tener al papá de Fanny, a Gregorio pidiéndome que le rompiera el culito, me excito muchísimo, se sentó frente a Fanny la abrazó y le acariciaba el cabello, y le decía todo va a estar bien, te va a gustar, puse un poco de saliva, acerqué mi cabezota a ese culito, se veía tan pequeño, tan rojito, tan apretadito y vergota enorme, vi a lo ojos a Gregorio, apenas y movió su cabeza para decirme que sí, y trate de meterla, pero no pude apretó mucho su hoyito, y pegó un gritito, Gregorio movió su manos, y abrió las nalguitas hasta mostrarme el hoyito, puse un podo más de saliva y empuje con fuerza,  estaba durísimo el culito, y Gregorio me hizo señas de que la penetrara, y arremetí, entró la cabezona y Fanny comenzó a gritar, su papá le acercó una almohada y la hizo morderla y me dio la señal para que empujara de nuevo, Fanny trató de safarse de quitarse de la violación de su hoyito y su papá la abofeteó con fuerza, la sujeto con firmeza y la empujo hacia a mi y yo empuje de nuevo, era muy difícil penetrar el culito casi infantil con mi vergota.

Después de varios intentos, por fin tenía empalada a Fanny y ella se retorcía de dolor, gritaba en cada empellón, se retorcía quería safarse y entre su papá y yo la sujetamos hasta que la ensarté, eso era una violación por cualquier lado que se le viera. Fanny dejo de gritar, sólo lloraba y yo estaba montado penetrándola, en determinado momento fanny ya sólo era una muñeca de trapo, sin fuerza, yo la penetraba y ella, como si estuviera en otro mundo, drogada, estaba en extásis, <Gregorio tenía la verga durísima, estaba excitadísimo, como cuando el burro violó a su hijo. Le acercó su verga a la boca de Fanny y comenzó a mamar, y por lo que vi, desde que le enseñé se puso a practicar porque mamaba delicioso, se la comía completa. Cuando termine dentro de su culito, Gregorio, su papá en su boca, cuando se la saque, vimos con gusto y estimulamos con un dedo, la salida de su culito de mi semén, mezclado con desechos y sangre de un hoyito roto con violencia.

Me quede todo el día con Gregorio y Fanny, de rato se nos unió en el comedor el de la cara linda, el jovencito delgadito, hijo de Gregorio, 19 años y hasta ahí supe su nombre, Gerardo, alias Jerry, el que había ido a mi casa a mamar. Juega basquet, estuvo en la secundaria de Fanny y ahora está en la prepa, es de la generación del novio de Fanny, que ha reprobado varios años en la secundaria, Darío el peludo basquetbolista.

Gregorio me platicó que quería correr al burro por lo que le había hechó a su otro hijo, pero que tenía un plan, me citó en la bodega vacía, en la que me lo cogí por primera vez, llegué puntual y como siempre, todo solo, hasta que caminé y me metí a las oficinas y al entrar veo a un hombre desnudo, tirado en el piso amordazado, y vi su enorme verga flacida, el burro, pensé. Salió Gregorio del baño y me dijo, sé que te gusta comper culitos vírgenes, cómo vez éste, ¿te lo echas? No me había imaginado al burro, un cabrón hecho y derecho, moreno, bigotón, alto, delgado pero fibroso. Un machote, con una vergaza. Le dije que sí, pero que le parecía si antes jugábamos un poco con él. Lo acomodamos, y le pedía a Gregorio que se la mamara, que le hiciera la mejor mamada posible, y al burro se le paró, les tomé algunas fotos, y yo también se la mame al burro, era un gustazo ver un pene de 24 centímetros totalmente erecto, duro y grueso.

Pensaba, en el hijo pequeño de Gregorio, quien después de la violación se fue a refugiar con sus abuelos a Texas, y me excitaba pensar en el dolor del culito de un chavalito con tremendo fierrazo, y me puse a mamar chingón, y alternaba con Gregorio. Luego, me acomode encima del burro, y me metí su verga en mi culo, me di unos sentonazos, que parecía querer romperme mi culito yo solito. Pero, si algo puedo hacer es relajar mi culito, y le puse mucho, mucho, mucho lubricante a mi hoyito y a su chilote, así pude comerme completa esa enorme verga, el burro no daba crédito, dijo que nunca, nunca había podido meterla completa en el culito de nadie, por eso tampoco se la clavo completa al hijo de Gregorio, y éste le soltó un puñetazo en la cara., y yo seguí clavándome su chilote. Después de un rato de estar montado en esa vergota y varias fotografías me safe y pedí a Gregorio que se sentara en el burro.

Le dabe miedo, y un sentimiento extraño entre querer clavarse la verga del burro, y al mismo tiempo vengar a golpes a su hijo. Finalmente se montó y no pudo con toda, sufrió, mucho y mejor se salió, volteamos boca a abajo al burro, y se resistió,  quería defender su hombría y eso me excitaba más, no le puse ni saliva y se la comencé a meter despació porque, apretaba tanto que me lastimaba un poco, se a saque le puse saliva y empuje, lo más fuerte y violento que pudo, el burro comenzó a gritar y Gregorio lo golpeó con el puño cerrado, casi lo desmaya y yo seguía pentrándolo, lo tenía tomado de la cintura firmemente, parecía un muñeco de trapo, y Gregorio comenzó a golpearlo en el estómago en la cara, y yo lo tenía bien ensartado. Terminé dentro del burro y entonces Gregorio lo aventó al piso, y ahí tirado, se avalnzó sobre él y comenzó a clavarlo, con furia, con golpes en las costillas, jalándole el cabello, ahorcándolo, era una furia desmedida contra el burro, que por lo golpes casi estaba desmayado.

Gregorio terminó, se levantó y fue a abrir la puerta de la bodega porque alguien llamó al timbre, llegó a donde teníamos al burro tirado, con 10 hombres de diferentes edades, complexiones, pero todos con algo en común, vergones, calientes, los reclutó por una página de contactos, les prometió un culito aguantador, a pelo, las veces que quisieran, y una buena paga, el único requisito, tener más de 24 centímetros de verga, uno a uno durante toda la tarde, y con muchas fotos, desfilaron los 10 hombres, casi todos repitieron, el culito del burro era un hoyo que goteaba y chorreaba semen, el sonido de las vergas entrando en un hoyo lleno de líquido, retumbaba por toda a bodega. En la noche, al retirarse el último violador derl burro, entre Gregorio y yo lo vestimos, lo subimos a una camioneta y en la central de autobuses lo subimos a uno con destino a Veracruz, de donde es el burro. Gregorio le dio su liquidación, y una carta en donde le pide que no regrese ya que las fotos pueden mostrar a un burro muy excitado en la orgía.

Al poco tiempo me fui a vivir a casa de Gregorio, con él es con quien más tengo sexo, me duermo con él y despierto con él, una vez al mes, por lo menos, me ayuda a romperle el culito a Fanny y hasta deja que su hijo Jerry me mame la verga de vez en cuando. Incluso, hemos compartido tríos y orgías con algunos de los trabajadores de las bodegas, y yo ya deje la docencia, me fui a trabajar de administrador de una de las bodegas, para ayudar a la familia, mi familia, la familia de mi verga.


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